La noticia fue recibida con envidia y preocupación por parte de los empresarios argentinos. El Gobierno brasileño decidió reforzar su política de promoción de exportaciones para 2005 y a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), destinará este año 5.000 millones de dólares para financiar las exportaciones de productos manufacturados. La preocupación obedece a que por primera vez en una década, Brasil logró un importante superávit comercial con Argentina, que amenaza con perpetuarse. La balanza comercial con Brasil arrojó en 2004 un resultado negativo para la Argentina en casi 1.800 millones de dólares. El rojo comercial comenzó desde junio de 2003 y la acumulación del saldo negativo hasta enero pasado alcanza los 2.372,4 millones de dólares.
La medida tomada por las autoridades brasileñas se canaliza a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) que aumentará en un 30 por ciento la partida de apoyo a las exportaciones que en 2004 fue de 3.860 millones de dólares.
Ya en enero, los desembolsos del BNDES totalizaron los 620 millones de dólares, un 113,7 por ciento más que los 290 millones del mismo mes del año pasado.
De acuerdo a las afirmaciones del director del área de industrial y comercio de BNDES, Armando Mariante, la prioridad en 2005 será el “apoyo a los sectores de petróleo y gas, aeronáutico, de bienes y servicios, y a las pequeñas y medianas empresas”, sectores que a su vez se están beneficiando de la reactivación del mercado local.
La producción industrial de Brasil creció el año pasado 8,3 por ciento en comparación con 2003, con lo cual afirmó su mejor desempeño de los últimos 18 años. La producción de bienes de consumo duraderos creció 21,8 por ciento.
Preocupación
Jorge Sorabilla, Prosecretario Primero de la UIA y titular de TN & Platex, no oculta su molestia. “En general, Brasil tiene espíritu de autoabastecerse por lo cual claramente es una medida que beneficia a la industria brasileña en desmedro de la argentina”, sostiene.
A su vez, Sorbilla considera que la medida atenta contra la esencia del Mercosur por cuanto “si lo que se busca es tener un mercado común, no tiene por qué haber incentivos para que una región venda más a la otra”. “La competitividad que tendrán los productos brasileños será enorme”, agrega.
En cambio, para Eduardo Sigal, Subsecretario de Integración Económica, la noticia debe tener una lectura positiva. “Cuando crece Brasil, arrastra a la Argentina”, sostiene.
A su vez, considera que los actuales niveles de intercambio no son “tan desfavorables para la Argentina”. “Existe una sustitución de bienes de capital producidos en Brasil por aquellos de otros países producto de la asociación y porque Brasil ha mejorado mucho la calidad de sus productos”, apunta. Durante 2004 Brasil registró exportaciones por alrededor de 100.000 millones de dólares, de las cuales 6.700 millones fueron fruto de las ventas de bienes y servicios en la Argentina.
Sigal reconoció, sin embargo, que la medida puede ocasionar algún perjuicio puntual pero sostiene que “los empresarios de los sectores más sensibles saben que el Gobierno los ha acompañado y los va a proteger como hasta ahora. Deben procurar ser más competitivos”, sostiene.
Para Dante Sica, director de la consultora CEB y ex Secretario de Industria y Comercio, el aumento de la partida en promoción de exportaciones profundiza la política de desarrollo hacia fuera que tiene Brasil y “que es una de las razones de su último crecimiento”.
“Colateralmente podría pensarse que perjudicar a la Argentina pero no creo que el déficit comercial vaya a crecer mucho más”, sostiene el economista que pronostica intercambio comercial negativo por unos años más.
Para el analista, la gran diferencia entre Brasil y la Argentina en materia de promoción a las exportaciones no sólo está en el monto del que dispone cada país, sino también los sectores que tienen acceso al financiamiento. “Salvo para la exportación de commodities el financiamiento argentino es muy escaso. Solo hay financiamiento para productos transables como granos y carnes, no hay financiamiento para las Pyme exportadoras”, sostiene.