Los couriers reclaman no haber sido consultados por la AFIP respecto de la resolución 1811, que modificó su operatoria. En concreto, la norma reduce el valor FOB máximo de las mercaderías exportadas o importadas por medio de dichas compañías, de 3000 a 1000 dólares.
Asimismo, se agregó el requisito de consignar CUIT o CUIL del consignatario de la mercadería.
Directivos de la Cámara Argentina de Prestadores de Servicios Internacionales Aeroexpresos (Capsia) señalaron que "lo más preocupante es que la AFIP no consultó a la industria que pretende regular. No nos preguntó nada cuando concentramos el 70% de las importaciones y el 97% de las exportaciones que se realizan por vía aeroexpresa. Tampoco a los verdaderos afectados, que son los exportadores, importadores y las empresas en general".
Los representantes de los couriers sostienen que la resolución 1811 genera asimetrías comerciales, más costos y mayores demoras en la liberación aduanera de la mercadería al tiempo que, contrariamente a lo que pretende la AFIP, no facilita ni mejora los controles. Además, afecta por igual a un microemprendedor y a una gran empresa e incluso limita bastante el uso que pueden hacer del servicio los particulares.
"Nos quejamos de las asimetrías que crea Brasil, pero la Argentina genera indirectamente otra asimetría que perjudican al comercio exterior nacional, porque Brasil tiene máximos de 3000 y 5000 dólares [de importación y exportación, respectivamente]", señaló otro director de Capsia, Alejandro Castro.
Respecto de los mayores costos que implica la medida, Giménez Zapiola lo resumió de la siguiente manera: "Si un exportador chico de cinturones de cuero exporta por más de 1000 dólares, y por un solo cinturón excede el máximo permitido tiene que hacer un despacho formal que, en promedio, cuesta como mínimo 100 dólares".
El impacto también se siente si se trata de la importación de una empresa grande: "Esta semana se dio el caso de una fábrica que precisaba un respuesto importado de forma urgente para no parar la producción. El valor era de 1600 dólares. Mientras que antes le entregábamos el repuesto, ahora le entregamos un documento para que empiece el trámite de liberación de la mercadería con un despacho formal. Y, además del gasto adicional del despachante de aduana debe sumarle, el costo por hora de la máquina parada, es decir, el lucro cesante", amplió Sergio Del Casale, también directivo de Capsia.
Por no contar con CUIT ni CUIL, tanto un menor de edad como un turista, un diplomático o un ama de casa "no pueden utilizar el servicio, a menos que, según la única aclaratoria que sacó la AFIP, la empresa courier consigne su propio número de CUIT en nombre del consignatario de la mercadería. Esto va contra todo control porque recae en el courier la responsabilidad del material que recibe un tercero", amplió Castro.
"La resolución 1811 es un error. Lo que pedimos es que se suspenda la norma por un tiempo para que todos los actores implicados se sienten a la mesa y redacten una que realmente controle. De lo contrario, se va a suceder reclamo tras reclamo", añadió Giménez Zapiola.
Reglamentación diferente
Por su parte, los agentes de carga propusieron que la Aduana siguiera avanzando en la redefinición del sistema. El vicepresidente de la Federación Internacional de Agentes de Carga (Fiata), Rodolfo Sagel, si bien respaldó la decisión de la AFIP objetada por los couriers y los operadores de comercio exterior, afirmó que aún no se atacó "el meollo de la cuestión". En opinión del ejecutivo, el sistema de carga expresa debe ser distinto del courier. Por tanto, debe tener una reglamentación diferente.
"Una cosa es una encomienda particular de 20 kilos, con un valor no superior de 100 dólares y otra cosa es el e-commerce. Para diferenciarlo, se requiere una reglamentación específica de la carga expresa distinta de la del courier", señaló.
Y reclamó que, dentro de esa reglamentación, se permitiera a los agentes de carga y a los despachantes de aduana participar del negocio, al igual que los transportistas expresos. Esto se podría realizar, según Sagel, si la Aduana acepta que todos estos operadores presenten por la vía informática un despacho simplificado antes de la llegada de la mercadería al país. "Hay que tener carga expresa. El país la necesita. Deben participar todos los jugadores para el beneficio de los usuarios. Mientras haya más oferentes, más bajará el precio", expresó.
Fuente Diario La Nación