Autopartes, libros, películas, textiles y hasta un novedoso sistema de suspensión para motocicletas son algunos de los productos que se están exportando desde la Argentina a través de las empresas de courier. "Nosotros siempre participamos tanto en el negocio exportador como en el importador, pero cuando cambiaron las condiciones, registramos la salida de las empresas a la búsqueda de mercados externos, con envíos de muestras y folletos e importaciones de elementos necesarios para arrancar la producción y exportar", dice Norberto Lovaglio, vicepresidente Ejecutivo de DHL Express para el Cono Sur.
Entre 2002 y 2004, el sector exportador creció a un ritmo de alrededor del 15% anual, pero las empresas de courier llevan paquetes de hasta 50 kilogramos o 3.000 dólares*, por lo cual su registro directo tiene que ver más con el movimiento que se genera alrededor de una operación que con el transporte de mercaderías. Sin embargo, según Lovaglio, "no podríamos tener el 42% del market share local si no tuviéramos como clientes a las grandes empresas".
Los cambios en la dinámica de las empresas que comercian con el exterior influyen directamente sobre el negocio de los couriers. "Gran parte de nuestras ventas son paquetes que entran y salen del país y la exportación y la importación se reparten en mitades. Antes de 2001, la relación era de un 65% para las importaciones y un 35% para las exportaciones", señala Lovaglio.
Servicio extra
El transporte de paquetes de un lado a otro es un servicio que brindan todos los couriers. "No lo desconocemos, tenemos buena competencia, UPS o Fedex son muy buenos. Lo que nosotros agregamos es un servicio de asesoramiento al empresario PyME que está exportando, porque cuando la compañía es grande, el know how de la cadena de salida de sus mercaderías está en manos de su área de exportaciones", explica el ejecutivo, quien sostiene que el pequeño empresario que decide exportar se encuentra frente a "un proceso engorroso, que para una gran compañía es normal". Y la importación es más compleja aún. "Por eso tenemos el sistema ImporExpress, que facilita las cosas. Apunta a ayudar en una importación, en toda la cadena de pasos que hay desde que se genera el pedido desde el exterior, se abre la cuenta, se retira la mercadería, se la lleva al aeropuerto, se hace aduana en el lugar de origen, se sube al avión, se hace aduana en la Argentina, se retira y se entrega. En definitiva, lo que hacemos es integrar toda la cadena para que el empresario siga todos los pasos a través nuestro", dice.
Otro de los usuarios del servicio son los microemprendimientos que ofrecen productos a través de un sitio de Internet y hacen el envío por medio del courier hacia mercados a los que nunca podrían llegar por los sistemas tradicionales. Juan Luis Crespín, director de Marketing y Ventas del Cono Sur, aclara que "también las grandes empresas usan el sistema", y recuerda entre otros el caso de "una importante cervecería, a la que se le había roto una embotelladora en Salta. La máquina era de origen alemán y necesitaban el repuesto con rapidez. Entre 48 y 72 horas ya estaban embotellando nuevamente", se entusiasma.
Tanto en los servicios tradicionales como en los más novedosos, el negocio de las compañías de courier ha comenzado a vincularse cada vez más con la logística y el comercio exterior. "Se están rompiendo los records de volumen, tomamos la empresa en 1999, cuando los vectores estaban al revés, ahora levantamos los volúmenes y las unidades que salen diariamente se multiplicaron", exclama Lovaglio.
Por Rubén Levemberg
Fuente Diario Clarín
* Nota: Actualmente el tope es de Usd 1.000