El secreto de la buena sidra, dicen los asturianos, está en el proceso de producción artesanal y en la roja calidad de las manzanas. Del prensado de su pulpa (llamado mosto) sale un jugo que fermenta durante cinco meses y luego se embotella. O se lo almacena en barricas. Más allá de estos detalles singulares, la sidra se relaciona siempre con las Fiestas y las celebraciones. “Para elaborar nuestra sidra se muelen aproximadamente 120 mil kilos de manzanas sanas, maduras y limpias; aptas para la industrialización. En cuanto a las variedades que predominan son Red Delicius en un 70%, Granny Smith con un 30%”, explicó Lorena Martínez, de sidra Rama Caída.
De acuerdo a un estudio de mercado de Rama Caída, la participación del sector industrial de la sidra a nivel nacional es de 20 millones de cajas y la producción en Mendoza es de aproximadamente 4 millones de cajas.
“La producción en Argentina se sitúa en los 120 millones de botellas, lo que equivale a 90 millones de litros. Esta producción se sustenta con 120 millones de kilos de fruta, de los cuales un 10% es de pera, de acuerdo al Código Alimentario Argentino”, explicó Martínez.
Las 120 millones de botella recaen en 15 firmas. “Las más grande es Sáenz Brioni, que concentra el 22 % de esa producción; luego existen tres o cuatro firmas que nos disputamos el segundo puesto, con un 15% cada una, y el resto del mercado se reparte en las restantes firmas”, señaló Hugo Ballester, de Bodegas del Sol.
A pesar de ser una bebida para degustar todo el año, Navidad y Año Nuevo son las festividades que la cuentan como protagonista.
“Este año habrá un aumento del 10% en su precio debido a los valores dolarizados de ciertos insumos”, sentenció Ballester.
“La materia prima, la manzana que se utiliza para hacer la sidra, es la misma que se emplea para hacer el jugo concentrado, y este jugo tiene valor en dólares; por lo tanto, la manzana para industria tiene valor en la moneda norteamericana. Las botellas también son insumos que tienen valor en dólares, como así también el tapón de plástico”, explicó Ballester.
Materia prima
De acuerdo al pronóstico de cosecha 2004/2005 del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), en Mendoza, la producción de manzana, “la” materia prima de la sidra, se concentra en un 95% en el Valle de Uco.
Es en aquellas tierras donde la variedad de manzana Red Delicius ocupa 2.309 hectáreas, 894 hectáreas son para la variedad Chañar, 106 hectáreas le corresponden a la variedad Gala y finalmente 1.029 hectáreas son para otras variedades.
Un dato destacable que habla de eficiencia en el manejo del cultivo refleja que si la provincia, en la temporada 97/98, registraba 9.344 hectáreas con una producción de 32.606 toneladas, para la temporada 2004/2005 registra menos superficie de manzana implantada, sólo 4.574 hectáreas, pero con una producción triplicada: 97.880 toneladas.
Todo el año es Navidad
Si hay una cuerda donde la industria de la sidra apunta todos sus esfuerzos es en lograr su consumo todo el año.
“Al ser una bebida proveniente de la molienda de las manzanas y de baja graduación alcohólica, esto la hace muy apta para su consumo diario. Así, 3 copas de sidra equivalen a un vaso de vino. Además, es muy refrescante en verano”, señaló Martínez.
Una de las innovaciones que aún está en fase experimental es vender sidra en envases pet.
“Aunque parezca increíble, el tetra es permeable, entonces la bebida va perdiendo gasificación con mucha rapidez y no es posible conservarla de una temporada a la otra, como sí lo hace el vidrio. Por otra parte, pierde toda la gracia de lo festivo de la sidra, que representa su descorche”, puntualizó Ballester.
Claves de liderazgo
Presentación, calidad, publicidad y capacidad financiera son algunas de las claves para mantener las ventas de sidra.
“Como están concentradas las ventas sobre fin de año, cada vez se atrasan más los pedidos. Antes los clientes comenzaban con sus compras en el mes de abril y mayo y ahora están recién comprando hacia fin de año; esta situación nos exige tener buenas espaldas financieras para todo el año”, señaló Ballester. En el caso de Rama Caída, la clave de las ventas está en apostar por una sidra de calidad.
“Seleccionamos las frutas, contamos con una tecnología de avanzada utilizada en la elaboración y estrictos controles de cada proceso; además, estamos certificados por un sistema de aseguramiento de calidad bajo normas ISO 9002 y 9001. Nuestros procesos son sanos y naturales, pasteurizados en botella. Esto nos permite naturalmente obtener la óptima conservación en el tiempo y garantiza su pureza inalterable a los consumidores.
“Según estudios presentados por la consultora CCR a nuestra empresa, la rotación de nuestra sidra es muy alta y en algunos casos supera el 100% en los lugares donde se exhibe”, explicó Martínez.
Para Rama Caída, la exportación ofrece buenas alternativas de crecimiento. La empresa ya exporta a Chile, Uruguay, México, Estados Unidos, (Miami, Nueva York, California), Panamá, Ecuador y a España (Las Palmas).
“El proceso de devaluación que se produjo en nuestro país ha favorecido, a casi todos los sectores industriales, y desde ya a nosotros también.
“Todo ello nos ha permitido incrementar el volumen exportable en un 2%”, concluyó Martínez.
Fuente Diario Los Andes