Las mascotas suelen generar grandes ganancias no sólo para quienes las comercializan sino también para aquellos que proveen a sus dueños de insumos, accesorios y alimentos. Collares para perros y gatos, correas, comederos, poleras y buzos, alimentos balanceados y hasta golosinas conforman un conjunto de productos que, además de abastecer un creciente mercado interno, encuentran buena receptividad en el exterior.
Estados Unidos lidera el mercado como proveedor mundial en tanto los países de la Comunidad Económica Europea son los que mayor demandan exhiben.
Los países que cuentan con mayores ventajas para elaborar y producir alimentos balanceados son los agroexportadores, y Argentina no es la excepción.
La empresa Sagemüller, instalada hace más de 100 años en Entre Rios, acaba de cerrar un acuerdo con la segunda cadena de supermercados más importante de México para exportar cada mes 300 toneladas de alimentos balanceados para mascotas. Si se considera un precio del orden de los US$ 400 FOB la tonelada, el negocio genera hasta el momento un ingreso de alrededor de US$ 120.000 mensuales.
El contacto se logró merced a una misión inversa que organizó la Fundación Exportar y significó un desembarco de envergadura.
"Tenemos una satisfacción doble porque no sólo logramos salir de la región sino que entramos al ALCA", apunta Sebastián González, responsable de exportaciones de Sagemüller. La firma ya envió su tercer embarque con destino a México y avanzó en un convenio por otros 6 meses.
El mercado que ofrecen los países vecinos también resulta interesante. De hecho, el 50 % de los alimentos balanceados que consumen las mascotas de Chile son elaborados en la Argentina.
"Con un dólar tan caro no se exportaba. A lo sumo había clientes regionales", recuerda González, a la vez que señala que "hay tratativas muy firmes con España porque los precios ayudan".
Pero no son los únicos. Aunque en menor escala, la empresa argentina Transuniversal ha logrado hacerse un espacio a la hora de exportar golosinas para mascotas. Destinadas a un mercado de medio y alto poder adquisitivo, las golosinas argentinas ingresaron a la Comunidad Económica Europea, Estados Unidos y Canadá.
Por Ivan Damianovich
Fuente Diario La Razón