El Instituto Nacional de Vitivinicultura, en conjunto con la SAGPyA y el IRAM lanzó el Programa de Desarrollo de Sistemas de Calidad y Trazabilidad en Vinos. Está pensado fundamentalmente para que pequeñas y medianas bodegas realicen operaciones de comercio exterior. Situación actual de las exportaciones argentinas y requerimientos existentes para entrar con nuestros vinos al mundo. Para tener en cuenta
Uno de los requisitos que se exigirá para exportar vino al mercado internacional, y que en el caso de la Unión Europea entrará en vigencia el 1º de enero del año próximo, establece que las empresas que tengan intenciones de realizar operaciones de comercio exterior cuenten con claros procesos de Trazabilidad implementados en todo el proceso productivo, desde la plantación hasta la góndola.
Sin embargo, es útil destacar que los beneficios de aplicar Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) o el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP), que conforman la trazabilidad no apuntan sólo a las exportaciones -requisito ineludible-, sino también a una mejor utilización de los recursos. Un bajo impacto en el ambiente, mayor control de los procesos productivos, incremento de las ventajas competitivas en el exterior, apertura de nuevos mercados, orden de los procesos internos de la firma, o mejora en la capacitación del personal. Todos estos aspectos fortalecen la política interna de la empresa.
La Secretaría de Agricultura de la Nación (SAGPyA), el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el Instituto Argentino de Normalización (IRAM) firmaron en el mes de mayo un convenio que permitirá realizar un programa específico de Desarrollo de Sistemas de Calidad y Trazabilidad en Vinos. El programa contará con todo el apoyo necesario desde el ámbito público, especialmente para las empresas pequeñas y medianas del sector.
En el marco de este convenio, se está trabajando en la elaboración de un documento-base de aceptación netamente voluntaria que servirá de guía de aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas en viñedos, destinado inicialmente a vinificación. Y otra guía para aplicar en bodegas la norma IRAM 14.104, que especifica cómo implementar y gestionar HACCP (puntos críticos), siendo la trazabilidad requisito de estas dos normas.
El tema trazabilidad es prioritario en el INV, porque nos ayudará a ganar competitividad para las PyMES vitivinícolas del país. Debe tenerse en cuenta que las grandes empresas, ya tienen implementados mayoritariamente dichos procesos. Entonces, el gran desafío es 'democratizar' estas técnicas logrando que mayor cantidad de firmas del sector vitivinícola obtengan acceso a la certificación.
El beneficio de contar con productos trazados también permitirá ampliar el abanico de mercados de ingreso de los vinos argentinos, como por ejemplo Europa del Este, el Sudeste Asiático, los países nórdicos, Estados Unidos o Canadá, regiones donde las exigencias de calidad también están acordes con normas internacionales.
Se espera que el cambio cultural en cuanto a la implementación de los sistemas de calidad sea de corto plazo, porque no hay mucho tiempo, ya que son los compradores los que imponen el las reglas de mercado.
Los compradores hoy exigen calidad y por eso es importante que en el mercado interno se respete a los consumidores instrumentando estas prácticas. Estimamos que este será un programa de rápida expansión y en los próximos tres o cuatro años la mayoría del sector vitivinícola implementará la aplicación y el seguimiento de los sistemas de calidad.
Por: Ing. Enrique Thomas
Presidente del Instituto
Nacional de Vitivinicultura.
Fuente: Revista Alimentos Argentinos.
Dirección Nacional de Alimentos.
Subsecretaría de Política Agropecuaria y Alimentos - SAGPyA