De las 900.000 empresas argentinas en actividad, el 99% son pequeñas y medianas que ocupan el 79% de la mano de obra y generan el 68% del Producto Bruto Interno, según la Secretaría de Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa. El 68% de las 13.700 firmas que exportan son pymes, pero el 91% del monto total lo acaparan el 5% de las grandes.
Entre las fortalezas de las pymes se mencionan su capacidad para sobreponerse a los vaivenes económicos y que pueden operar en la actual coyuntura con un tipo de cambio competitivo y a bajo costo laboral. Entre las debilidades citan sus escasas alternativas de financiamiento, ahogo impositivo, desfase tecnológico y competencia desleal de la informalidad.
El Ministerio de Economía y Producción convocó a licitaciones para bonificar tasas de interés en préstamos a las pymes, que deberán destinarlos a incrementar el capital de trabajo por el descuento de facturas; cheques con fecha diferida; cupones de tarjetas de crédito y/o compra; cartas de embarque aceptadas, exentas de observaciones para su liquidación, y otras operaciones autoliquidables.
La Sepyme destacó los estímulos de los bancos oficiales (de la Nación Argentina, de Inversión y Comercio Exterior, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires) y los privados (Credicoop, Río y Macro-Sud, entre otros) y conformó una unidad de coordinación entre entidades que ofrecen financiamiento, para sistematizarlas y evitar superposiciones.
Datos de la Cancillería revelaron que en el primer semestre del año unas 8.700 pymes exportaron por cerca de 2.060 millones de dólares. El dinamismo que demostraron en sus operaciones (+19%) superó al de las grandes (+12%) y contribuyó a la diversificación de los envíos. Se reflejó, inclusive, en los valores exportados, donde predominaron las manufacturas de origen industrial. Los mercados latinoamericanos absorbieron el 50% de los despachos (Mercosur, 30%; Chile, l2%, y Comunidad Andina, 7%); Europa, 20%, y China, 4% (duplicó sus adquisiciones).
A fines del 2000, la Sepyme invitó a grandes industrias (como Dupont, Techint y Ledesma) a incorporar, reincorporar o fortalecer el accionar de las pymes con capacidad exportadora potencial o real. Cada acuerdo se formaliza sobre la base de un convenio entre partes (Sepyme, la gran empresa y las pymes), con una duración inicial de un año. El organismo selecciona a las participantes y efectúa las evaluaciones, aparte de facilitar instrumentos de apoyo, a sus equipos técnicos y monitorear las actividades durante el diseño y la ejecución del proyecto. En tanto, la gran empresa facilita el acceso a servicios de logística, legales, comerciales e impositivos; transfiere el “know how” gerencial y productivo-comercial, y facilita a más de 200 pymes el financiamiento del comercio exterior y los recursos humanos y materiales.
Varias entidades promueven la asociatividad -como las fundaciones BankBoston y Credicoop-, o sea las alianzas estratégicas voluntarias y organizadas de personas o firmas (a partir de 5 de un mismo sector), que vinculan esfuerzos y objetivos para exportar productos y servicios. Así mejoran su competitividad, diversifican la demanda, reducen los costos e inician su internacionalización, aspecto que puede resultarles más favorable si se encuentran territorial y sectorialmente nucleadas.
Más de 700 pymes están nucleadas en cerca de 100 grupos, dedicados a alimentos, textiles, insumos industriales, muebles, servicios, software y bienes de capital, entre otros rubros. Desde 1998, el Instituto para el Desarrollo Sectorial de las Exportaciones -impulsado por la Fundación BankBoston y Export.Ar-, contribuye a que las empresas reciban aportes para los honorarios de los coordinadores y cuenten con asesoramiento, incluso para identificar posibles clientes. Modalidades asociativas similares fueron instrumentadas desde el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y la Sepyme, a través del “Programa de Grupos Exportadores” y por la Asociación Dirigentes de Empresa.