Vendieron a Nigeria dos unidades, pero negocian la colocación de otras treinta. Una empresa cordobesa concretó en las últimas semanas una exportación no tradicional: estaciones de servicio portátiles para expendio de combustibles, con un equipamiento que ofrece la ventaja de poder ponerse en funcionamiento en horas, no necesitar instalaciones eléctricas ni de ninguna obra de ingeniería, salvo la nivelación del terreno. Las primeras dos unidades viajaron desde Marcos Juárez y Colonia Caroya al puerto de Buenos Aires, dónde fueron embarcadas para Nigeria. Los empresarios que consiguieron la operación inicial esperan ahora una orden de compra por otras 30. Si la logran, la venta total orillará los 3,5 millones de dólares.
La exportación fue piloteada por la empresa Bertotto Boglione SA, de Marcos Juárez, en el sudeste cordobés, líder en la fabricación de tanques de acero y de plástico. Es la proveedora de las principales petroleras argentinas y también ha logrado posicionarse en ese rubro en países vecinos de la Argentina.
Cuenta con una concesión para América latina de Ufuel de Estados Unidos, propietaria de la licencia de estaciones portátiles o autoportantes. La compañía estadounidense "fue la que obtuvo el negocio y nos contrató para que proveyéramos las estaciones", comentó el vicepresidente de la firma cordobesa, Gerardo Mancinelli.
Las unidades están constituidas por tres módulos, montados sobre contenedores en cuyo acondicionamiento para distintos fines se especializó otra firma cordobesa, Chilear, de Colonia Caroya.
En dos de ellos se instalan otros tantos tanques "doble pared" resistentes al fuego, con una capacidad total para 66.000 litros, controles, surtidores y generador eléctrico, que dota al conjunto de autonomía. El tercer módulo es una confortable oficina, con servicios sanitarios incluidos. Bertotto Boglione es una empresa que fue fundada en 1948 con el fin de realizar "soluciones para el almacenaje de líquidos". Además de tanques plásticos y de acero -aéreos o subterráneos-, fabrica silos, acoplados tolva y diversos accesorios, y es una importante proveedora de tanques para estaciones de servicio de las principales petroleras. Las estaciones para Nigeria están diseñadas para surtir a embarcaciones, pues ése será su fin principal.
Imagen negativa
Chilear, en tanto, es una empresa que comenzó sus actividades hace una década en Colonia Caroya. Al principio se dedicó al alquiler y venta de contenedores marítimos, pero con el tiempo descubrió otra "veta": su acondicionamiento como módulos habitables, para ser utilizados en lugares inhóspitos o resolver necesidades ocasionales.
José Luis Sivieri, uno de los dos socios de la firma caroyense, cuenta que los contenedores se revisten interiormente, se aíslan térmicamente y se les agregan instalaciones eléctricas y sanitarias o adicionales.
"Hemos entregado y alquilado numerosos de estos módulos habitables a empresas mineras, viales, constructoras e incluso comerciales, que las piden para usarlas como dormitorios, comedores u oficinas", informó Sivieri.
Las especialidades de las dos compañías cordobesas encajaron como "anillo al dedo" para el negocio que propuso Ufuel a Bertotto Boglione.
Mancineli confía que a las dos estaciones enviadas esta semana se sumarán las otras 30 que están en juego. "Cuando se estaba negociando -narra- vino la devaluación y el default y se tuvo que trabajar mucho para revertir la imagen que tenía la Argentina: volver a tener crédito en el mundo no es sencillo, le va a llevar tiempo al país", dice.
Bertotto y Boglione, cuyos socios son argentinos, ocupa a 100 personas. En el último ejercicio facturó $ 15 millones y un 30% fue por exportaciones. Tiene oficinas en Chile y San Pablo, Brasil, y exporta a ambos países, a Paraguay, Bolivia, Uruguay, Honduras y área del Caribe. En Brasil, además, están formando una sociedad para proveer a los petroleras de ese país y en EE.UU. están organizando una sucursal.
Chilear, en cambio, es una pyme en la que trabaja media docena de personas (terceriza muchos acondicionamientos de los contenedores habitables) y factura $ 1,2 millones al año.
Las dos firmas están entusiasmadas con las perspectivas de las estaciones portátiles: ya están pensando en ofrecerlas para usos temporarios, en lugares de vacaciones o pueblos pequeños que carecen del servicio.
Por Juan Carlos Vaca
Fuente Diario La Nación