Por Martín Redrado. La misión comercial a China, que sumó a representantes de 270 empresas, fue la más importante de nuestra historia. Permitió implementar integralmente una política comercial que, fundada en la interacción entre los sectores público y privado, está integrando áreas productivas nacionales con las de países que poseen complementariedad comercial con el nuestro.
En las últimas semanas el Presidente Néstor Kirchner ha logrado instalar un concepto estratégico que trascenderá a las futuras generaciones: la construcción de una asociación integral con China y la apertura de nuestro país hacia el resto de Asia Pacífico.
El impulso político que generó la conducción del Presidente al frente de la delegación argentina que desembarcó en Beijing y Shangai permitió concretar avances trascendentales en las complejas negociaciones que la Cancillería encabezada por Rafael Bielsa viene desarrollando en los últimos 12 meses.
Desde el punto de vista comercial, esta misión, que sumó a representantes de 270 empresas de todo el país, fue la más importante de nuestra historia, en la medida en que permitió implementar integralmente una política comercial que, fundada en la interacción entre los sectores público y privado, esta integrando el conjunto de nuestras áreas productivas con las de aquellos países que poseen complementariedad comercial con el nuestro.
El Presidente Hu Jintao de la República Popular China ha explicitado en el plan quinquenal 2003-2008, que las prioridades estratégicas de este país milenario se encuentran en los sectores de alimentación y de energía: en ambos la Argentina tiene un rol de proveedor estratégico ya sea en materia de productos como de tecnología.
De esta forma, este nuevo esquema de inserción económica internacional definido por la administración Kirchner plantea una estrategia de integración productiva con China, orientada hacia una asociación de largo aliento, donde nuestro país logre consolidar su posición internacional como una nación con intereses múltiples, con desarrollos en el ámbito de la agricultura, la industria, los servicios y las inversiones.
Tanto los funcionarios como los empresarios desembarcamos en Beijing y Shangai con esta visión estratégica y la certeza que, hoy más que nunca, están dadas las condiciones para que ambos países desarrollen una relación mutuamente provechosa haciendo uso de las respectivas ventajas competitivas. De esta manera la Argentina ha logrado a través de la complementariedad comercial, la identificación de sectores donde coincide la especialización exportadora de nuestro país con la especialización importadora de esta potencia del siglo XXI.
Sector por sector
Con una agenda que incluyó más de 700 encuentros de negocios con empresas chinas, Argentina demostró en los hechos a sus pares en el gigante de Oriente que existen empresas y empresarios en nuestro país que pueden ser socios confiables para futuros emprendimientos.
Esto permitió avances concretos en sectores tales como:
- Autopartista: se verificó una demanda importante de estos productos para el mercado de reposición y ya se prevé una misión reversal de compradores chinos para noviembre de este año.
- Genética bovina: se aseguró la demanda de semen, embriones vivos y ganado en pie por parte de la provincia de Hebei.
- Químico: Se formalizó la apertura de oficinas comerciales en la provincia de Guan Zhou para empresas exportadoras de quebracho e insumos para curtiembres.
- Vinos Finos: Se desarrollaron vinculaciones directas con supermercados, cadenas de hoteles y restaurantes para incrementar la presencia de este sector que ya ha producido importantes ventas de vinos a granel.
Un capítulo especial merece el área de tecnología de la información. Varias empresas argentinas se establecerán en el Parque tecnológico de la provincia de Guang Dong para producir software en español en las áreas de educación, agroindustria y salud.
En el terreno de las inversiones, se logró establecer un grupo de trabajo para el desarrollo de la red ferroviaria en nuestro país y se confirmó la construcción de un puerto cerealero para la localidad de San Lorenzo en la provincia de Santa Fe, por parte de la empresa Noble, con una inversión de 65 millones de dólares.
Se avanzó también en los proyectos de transferencia de tecnología para la producción de scanners para los containers en los puertos y aduanas terrestres de nuestro país, un equipamiento imprescindible para exportar a los Estados Unidos tras el endurecimiento de los requisitos que impuso la ley de bioterrorismo. Y se concretó la mayor inversión extranjera directa de empresas argentinas en el mercado chino -calculada en 25 millones de dólares- para la construcción de una planta manufacturera de elaboración de cueros curtidos, con capacidad máxima de 100.000 piezas por mes, destinados a la industria del calzado deportivo.
Los compromisos obtenidos por parte de las autoridades chinas para la apertura del mercado de frutas pueden representar un aumento significativo de las exportaciones, ya que existe una demanda insatisfecha en el Gigante asiático de 150 millones de dólares anuales.
Por Martín Redrado. Secretario de Comercio Internacional.
Fuente Diario Clarín