Consejos para Pyme en tiempos de turbulencia: La venta
será exitosa sólo cuando se llegue en tiempo y forma.
La nueva política monetaria
allanó el camino para nuevos empresarios ansiosos por operar con el exterior.
Cuáles son las consideraciones básicas que no pueden obviarse
¡Ahora, a exportar! La consigna se viene repitiendo desde que sobrevino, a principios
de 2002, la abrupta liberación de la paridad cambiaria. No son pocas las empresas, en
especial Pyme, que se volcaron con entusiasmo a estudiar sus posibilidades en ese
terreno.
La natural atracción por comerciar en divisas "fuertes"
despertó la inquietud de empresarios que en alguna oportunidad habían exportado,
generalmente a países limítrofes, y de muchos otros que jamás lo habían
hecho.
Su primer paso es obvio: localizar un mercado donde sus
productos tengan cabida y luego concentrarse en la venta de los mismos.
Entonces, aquí cabe una serie de recomendaciones que no por repetida
pierde vigencia, en especial para aquellos que nunca transitaron por la "aventura" de
vender al exterior.
- Sano y salvo
Subrayamos la necesidad de interiorizarse en lo que ocurrirá una vez que el
producto fue vendido, la carta de crédito fue abierta y el bien comercializado está listo
para ser enviado. El negocio sólo se corona con éxito cuando el producto se posa,
sano y salvo, en las manos del destinatario. Resumiendo, hay dos etapas bien
diferenciadas: la que involucra la búsqueda del nicho comprador más la consiguiente
venta y el proceso logístico que remata la operación.
Es precisamente
sobre este último que el exportador debe poner foco y conocer con cierto detalle el
circuito que recorrerá el producto desde que deja su planta hasta que llega a
destino.
La recomendación vale sobre todo si consideramos la
cantidad de vericuetos operativos, documentarios y de responsabilidad que el incoterm
elegido no resuelve por sí solo. Despacho de carga en planta, en puerto o en depósito
fiscal extraportuario; transporte por camión, tren, barcaza o intermodal hasta puerto
de ultramar; hacerlo en condición Full Container Load (FCL, o contenedor de carga
llena) o Less than Container Load (LCL, o contenedor incompleto); gestionar la
operación directamente o a través de agentes de carga u operadores intermodales
plantea, según el caso, variaciones en la ecuación de los costos. Incluso cualquiera de
los caminos elegidos propone, a su vez, acercamientos diferentes.
En
consecuencia, mientras una parte de la potencial empresa exportadora se concentra
en estudiar hacia dónde y cómo vender al exterior, la otra debería ir "previendo" la
logística, evaluando las alternativas de recorrido de la carga hasta destino.
Podrá argumentarse que de ello se encargará el especialista oportunamente
convocado. Es cierto. Sin embargo, para controlar al especialista es preciso conocer el
terreno; de lo contrario podría errarse en la selección del operador.
Si
a lo expuesto se lo enmarca en el turbulento contexto que envuelve actualmente a los
negocios, la necesidad de saber se agiganta.
Por otra parte, el
conocimiento de los pormenores del circuito habilita para discernir, mientras se realiza
el operativo, sobre cuáles son las mejores opciones y encontrar la salida ante costosos
imprevistos.
Si el negocio exportador crece, los conocimientos
adquiridos se potenciarán y se estará mejor posicionado para afrontar optimizaciones
de costos que, seguramente, la creciente competitividad de los mercados
exigirá.
De modo que a los futuros exportadores se les recomienda: ¡a
no desentenderse de la logística!
Fuente: La Nación