La tierra de la Gran Muralla abriría las puertas a nuevos bienes industriales argentinos. Por cada dólar que disminuya de aquí en más la cotización internacional de la soja, el Estado dejará de recaudar en concepto de retenciones 5 millones de dólares. Y faltan vender 21 millones de toneladas del commoditie.
Según datos de la firma AgriPac Consultores, la cotización internacional del producto de exportación por excelencia de nuestro país (representó casi un 25% de las ventas nacionales al exterior en 2003) depende en gran medida de la voracidad importadora de China, que absorbe un tercio del comercio internacional de soja.
Sin embargo, los compradores del país asiático anunciaron su intención de que disminuya su precio. Esta baja, que ya se verifica en la realidad, está en sintonía con la prevista desaceleración del crecimiento económico de China, que pasará de un 9% anual en los últimos 20 años al 7% en 2004, aunque también se relaciona con la suba de las tasas de interés en Estados Unidos y el aumento del precio de petróleo, entre otros aspectos.
Actualmente, el llamado oro verde se comercializa a razón de 286 dólares por tonelada (valor FOB) cuando a principios de abril se ubicaba en 335 dólares. "El producto bajó en los últimos días 15 dólares. Se perdieron 315 millones de dólares en ingreso de divisas y 72 millones en concepto de ingresos por retenciones", dijo Pablo Adreani, de AgriPac Consultores.
Por su parte, el director de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Bernardo Kosacoff, señaló que la "desaceleración china impactará en el precio de la soja y eso repercutirá en los ingresos fiscales. Si no fuese por la soja, ya habríamos tenido un ajuste fiscal más crítico".
La baja en la tasa de crecimiento chino se da porque el país asiático está aplicando "instrumentos directos de control de la economía" -especialmente en el mercado de crédito- para evitar un incremento de la inflación y una eventual crisis financiera a causa del veloz ingreso de capitales del exterior, explicó la economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Marcela Cristini.
En tanto, Martín Ravazzani, economista de Ecolatina, aseguró que el recalentamiento de la economía china surge por sobreinversión en algunos sectores productivos y por un exagerado incremento del crédito bancario con un alto grado de morosidad.
"Pero existen atenuantes que permiten suponer que esos factores serán contenidos: la sobreinversión se circunscribe a un grupo limitado y el gobierno chino está elaborando una serie de medidas para atenuar el crecimiento como el incremento de la tasa de interés y restricciones en el acceso a los préstamos", aseveró.
Cristini, en tanto, aseguró que no es la primera vez que China opera reduciendo su propio desarrollo para evitar riesgos mayores, aunque cada vez que esto ocurrió "terminó avanzando en el sentido de la reforma luego de atender la emergencia".
De todos modos, si China vuelve a su ritmo anterior de crecimiento, es posible que el precio de la soja (que junto con sus derivados representó en 2003 el 84,8% de las ventas argentinas al país asiático) no retorne a sus niveles más altos, sobre todo si es exitosa la cosecha de Estados Unidos. Aún así se espera que el precio sea superior al histórico que se ubica, según AgriPac, en 250 dólares por tonelada.
Para evitar consecuencias no deseadas derivadas de las fluctuaciones del precio de la soja, el Gobierno está buscando una mayor diversificación de las exportaciones a China. Con este objetivo en mente, el presidente Néstor Kirchner visitará China a fines de mes y su gestión inauguró una unidad especial en la Secretaría de Industria para fortalecer las ventas de bienes de valor agregado al país asiático.
"El desafío es acrecentar la relación con China y no ser meramente proveedores de materia prima. Así, habrá mayores beneficios para ambos países", indicó el subsecretario de Industria, Raúl Dejean.
Oportunidades
Ahora bien, el dilema es qué productos de valor agregado tienen oportunidades de desarrollo en el mercado chino, caracterizado por una industrialización acelerada.
La Secretaría de Industria, Comercio y Pyme de la Nación considera que existen buenas oportunidades en los sectores farmacéutico, de biotecnología y de maquinaria agrícola.
También hay oportunidades en el rubro automotor, tal como lo demuestran las ventas brasileñas del sector a China. Según el embajador Roberto Villambrosa, de la unidad del país asiático de la Secretaría de Industria, la Argentina seguiría el mismo camino merced a que Volkswagen está evaluando producir en el país un nuevo modelo exclusivo para China y que Peugeot Argentina "prevé exportar el modelo 307" en 2005.
Además, la firma Invap participará de la misión comercial a China y se podría avanzar "en un acuerdo de cooperación para el uso pacífico de la energía nuclear", expresó.
Las ventas de agroalimentos constituyen otro nicho importante, aunque todavía resta llegar a acuerdos sobre el tratamiento sanitario de los productos nacionales. "Están demorados y la idea es que se activen con esta misión", afirmó la coordinadora de Asia, Africa y Oceanía de la Secretaría de Industria, María Klein.
Otro de los desafíos es el de crear empresas binacionales que permitan captar inversiones chinas en sectores de alta demanda de mano de obra. Villambrosa explicó que el Gobierno impulsará con la visita presidencial a China una revisión de "los picos y las crestas arancelarias" que aplica a los productos de valor agregado para alentar la venta de materia prima.
A cambio, es muy probable que China también intente un mejor tratamiento para sus exportaciones. La Argentina aplica 14 medidas antidumping a productos que ingresan desde allí.
Por Leandro Uría
Fuente Diario La Nación