El tablero de la Organización Mundial de Comercio (OMC) comenzó a moverse ayer después de casi 9 meses de parálisis tras el fracaso de la Cumbre de Cancún. La Unión Europea (UE) lanzó ayer al ruedo una ambiciosa propuesta para reactivar las negociaciones multilaterales, que consiste en la eliminación de todos sus subsidios a la exportación.
Pero para el G-20, que integran la Argentina y Brasil, la movida tiene "olor a trampa". Es que detrás de la zanahoria —la reclamada eliminación de las ayudas a la exportación—, la UE propuso establecer una diferencia entre los 90 países más pobres de la OMC y el resto de países en vías de desarrollo. Según Europa, los primeros no estarían obligados a efectuar concesiones comerciales. En cambio, el G-20 sí.
Esta jugada, que aquí se juzgó como un intento de las potencias para aislar políticamente a los rebeldes del G-20 (además de varios latinoamericanos, en el grupo militan Sudáfrica, China e India), fue hecha explícita por parte de Pascal Lamy, comisario europeo de Comercio, cuando habló de una "ronda gratis" para los países del G-90. El europeo puso el dedo en la llaga: "Si Brasil, la India o China abren más su comercio para los africanos, para Bangladesh, es importante".
Por lo pronto, la UE envió a los 147 países de la OMC una carta con su propuesta, que anoche no había llegado todavía a los despachos argentinos. Allí, según adelantó Lamy, se ofrece eliminar los subsidios a la exportación (que en la UE suman 2.800 millones de dólares) a cambio de que EE.UU., Japón, Canadá y Australia hagan lo mismo.
Se habló concretamente de un "desarme recíproco" de las potencias. "Esto significa que norteamericanos, australianos o canadienses deben abandonar sus subvenciones, como los créditos a la exportación, la ayuda alimentaria o las empresas estatales", aclaró el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler. EE.UU., de inmediato, dijo haber recibido con agrado la iniciativa.
Las potencias se han puesto como objetivo llegar a un acuerdo agrícola antes de fines de julio. Para eso, conformaron una "mesa chica" que se reunirá en París este jueves. Aunque la Argentina no la integra (sí lo hace Brasil), hacía allí viajará esta semana el ministro Roberto Lavagna.
Por Matías Longoni
Fuente Diario Clarín