El cierre del mercado europeo al ingreso de miel mantiene prácticamente paralizadas las exportaciones argentinas desde febrero pasado, mientras el gobierno anuncia para los próximos 90 días la inauguración de un nuevo laboratorio destinado a certificar la sanidad de los productos que se venden al exterior. "El nuevo laboratorio para analizar las partidas de miel destinadas al exterior podría estar funcionando en julio próximo pero desde el 25 febrero pasado las exportaciones están prácticamente paralizadas", señáló Ruben Montero del área apícola de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
"La situación es muy grave porque afecta a más de 8.500 familias que viven de una actividad que en 2003 vendió casi 200 millones de dólares al exterior cuando Argentina fue el primer exportador mundial de miel", puntualizó el dirigente.
El anuncio de la licitación internacional para instalar un laboratorio que facilite las exportaciones del sector se conoció en la última reunión del Consejo Nacional Apícola.
El laboratorio funcionará en el ámbito del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y demandará una inversión de 400 mil dólares que se financiará con aportes del Banco Mundial, indicaron voceros de la Secretaría de Agricultura.
El monto incluye el costo de las instalaciones, que serán equipadas con sistemas específicos de control, más los gastos de capacitación del personal, agregaron los voceros.
La nueva planta se sumará al laboratorio Cenobióticos, el único actualmente habilitado en el país, para detectar la presencia de residuos de nitrofurano, un antibiótico de uso prohibido a nivel mundial por su naturaleza cancerígena.
"La noticia es buena pero llega demasiado tarde, cuando ya se arruinó el mercado mundial, porque el problema del nitorfurano en la miel argentina se detectó en agosto pasado y desde entonces el SENASA no se ocupó del tema", indicó Montero.
"En ocho meses el SENASA fue incapaz de definir cómo entró la infección a los panales y cómo hay que combatirla", protestó Miguel Gómez, productor de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires.
Gómez fue uno de los organizadores de la "Primera Asamblea Nacional de Apicultores", que se realizó en esa localidad bonaerense para reclamar la urgente intervención de las autoridades nacionales en el tema apícola.
En defensa del organismo sanitario, los voceros de la Secretaría de Agricultura indicaron que "la presencia de nitrofuranos en miel fue detectada por primera vez en Gran Bretaña en agosto del año pasado, justamente en un embarque de Argentina" y no hay un "protocolo universal" para encuadrar el problema.
"Ni siquiera está establecido el grado de tolerancia a partir del cual se debe rechazar el producto. Actualmente el 0,3 PPB (partes por billón) es el mínimo que detecta el análisis de laboratorio pero nadie dice que sea el máximo tolerable" para la salud humana, puntualizaron los voceros.
En pollos, peces y otros productos se admite hasta 1 PPB.
Ante la indefinición de un factor que los europeos utilizan como "barrera para-arancelaria", el SENASA extremó las "prevenciones y sólo certifica los embarques sin nitrofurano para mantener abiertos los mercados externos", explican en Agricultura.
Pero como sólo hay un laboratorio y el análisis cuesta 280 dólares más IVA, las pruebas se demoran mas de 60 días y resultan muy costosas para los pequeños productores.
Sin embargo, tanto apicultores y funcionarios admiten que con la instalación de un nuevo laboratorio, o tres más como piden los primeros para evitar la concentración, no se resolverá el problema.
"Los importadores se retiraron del mercado. Desde el 25 de feberero pasado no hay embarques. Los europeos (principales compradores de miel argentina) están especulando con la vuelta de China al mercado (ausente el año pasado por contaminación de sus mieles) y pretenden bajar el precio internacional de los 2,25/2,50 dólares el kilogramo a 1,20/1,30 dolar por unidad", estimó Montero.
Entre tanto, la especulación ya está "operando a la baja" en el mercado interno: "En lugar de los 5 pesos que cuesta el kilogramo de miel en tambor, los acopiadores ofrecen 3 pesos por kilogramo del producto sin analizar y asumen el riesgo de que esté contaminado, seguramente porque confían en poder fraccionarla y venderla de cualquier manera", denunció Gómez.
Fuente Télam