Durante el primer trimestre de 2004 las exportaciones de carnes frescas de conejo sumaron 204 toneladas por 1.063.000 dólares, registrando un aumento del 161 por ciento en volumen y del 264 por ciento en divisas, con respecto a las 78 toneladas por 292 dólares enviadas durante el mismo periodo del año pasado, según informó hoy el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). El principal destino para la carnes frescas de conejo fue Holanda hacia donde se registraron envíos por 85 toneladas y un valor de 435.000 dólares, un crecimiento del 203 por ciento con respecto a las 28 toneladas exportadas en el primer trimestre de 2003.
También se registró un importante incremento en las exportaciones a Bélgica, 56 toneladas (366 por ciento) por 274.000 dólares; Austria, 33 toneladas (17 por ciento) por 192.000 dólares y España, 30 toneladas (200 por ciento) por 162.000 dólares.
Para este tipo de producto, la faena se elabora bajo exigencias de muy alta seguridad, dado que no debe conllevar ningún riesgo sanitario y contar con una calidad microbiológica óptima.
Los cortes se envasan individualmente en envases primarios de polietileno y el conjunto en unidades de cartón, identificadas con el logo del SENASA y de la Unión Europea. Estos requisitos se enmarcan en la norma Comunitaria 91/495/CEE, que estipulan los países importadores del bloque para estas carnes.
Las plantas frigoríficas que se habilitan para carnes de conejo doméstico procesada, aplican un estricto control de Buenas Prácticas de Manufacturas (BPM) que son exigidas por el SENASA.
En 2002, luego de más de 7 años sin registrarse exportaciones de carnes frescas de conejo desde la Argentina, se reiniciaron los envíos hacia la Unión Europea sumando 124 toneladas por un total de 491.000 dólares. En 2003, mostrando un sostenido las exportaciones alcanzaron las 378 toneladas por 1.663.000 dólares.