Las exportaciones mendocinas al mercado ruso muestran un crecimiento exponencial en los últimos cuatro años, y ya se habla en algunos ámbitos de un destino sustituto de Brasil. Rusia es un mercado muy poblado (145 millones de habitantes) que presenta un gran potencial para los productos locales, en el que debido a la relativa mejora de su economía el habitante medio logró un mayor poder adquisitivo, aunque todavía se registran grandes disparidades regionales. Durante el año pasado, la fruta en fresco (peras y manzanas) representó casi el 50% de los envíos a Rusia medidos en dinero. Los otros productos locales demandados por el país presidido por Vladimir Putin fueron ciruelas desecadas sin carozo, vino a granel, uva en fresco, duraznos en conserva, mosto y vino embotellado.
Por el lado del empresariado mendocino, se encuentra en algunos puntos con una situación similar a la de otros destinos a los que está acostumbrado a vender, como es el caso de Brasil, donde todavía no son tan rigurosos con la exigencia de normas de calidad como las Eurepgap europeas o la Ley de Bioterrorismo norteamericana, aunque eso no resta exigencia al mercado ruso.
Rodolfo Vargas Arizu, titular de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, sostuvo que Rusia “tiene grandes perspectivas para el vino mendocino. Pero por tratarse de un mercado masivo, compuesto por una gran cantidad de personas, en los demás productos puede haber inconvenientes para lograr los volúmenes necesarios que satisfagan la demanda”.
Asimismo, Vargas Arizu reconoció que entre el empresariado local todavía existe desconocimiento sobre las condiciones del mercado ruso y analizó que “va a ser necesario trabajar mucho y hacer estudios para conocerlo”.
Expectativas crecientes
Mientras que en el año 1999 los envíos a Rusia fueron casi nulos, en 2000 sumaron 127.300 dólares FOB. Ya en 2001 las ventas a esa nación registraron un salto del 3.870% y se ubicaron en 5 millones de dólares, para llegar a los 22 millones de dólares sólo en los tres primeros trimestres de 2003, según los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
Por el momento, el volumen de exportaciones a Rusia representa sólo el 3,2% de las ventas mendocinas, que de acuerdo al Indec llegaron a los 698 millones de dólares FOB en los primeros nueve meses de 2003, y según datos provisorios de la Fundación ProMendoza, en todo el año sumaron 1.075 millones de dólares.
Sin embargo, hay que hacer hincapié en que la Federación Rusa ya ocupa el sexto lugar en el ranking de compradores de productos mendocinos, muy cerca del Reino Unido, que en los tres primeros trimestres de 2003 importó desde Mendoza 24,4 millones de dólares, sólo un 9% más que Rusia.
“Podemos esperar que en el futuro Rusia reemplace a Brasil como destino de gran parte de nuestros productos”, reconoció Héctor Smud, gerente de ProMendoza.
Desde el organismo que promociona las exportaciones mendocinas, estiman que este año los envíos a la Federación Rusa aumentarán alrededor del 25% respecto de 2003, mientras que la previsión de crecimiento para las exportaciones locales en general se ubica en torno a un 7 u 8 por ciento. “Hoy ya es mucho más seguro exportar a Rusia que a Brasil. Bajó mucho el riesgo de incobrabilidad”, apuntó Smud.
El interés se muestra en los hechos: este es el quinto año en que empresarios locales concurrirán a ferias en Rusia. Incluso, es uno de los pocos destinos en el mundo donde se tienen agendadas dos visitas a ferias el mismo año: Prodexpo y World Food Moscow, ambas de alimentos y bebidas.
Vino a la cabeza
Las mayores perspectivas de crecimiento para este año giran en torno al vino fraccionado, estiman desde ProMendoza, debido a que en materia de frutas frescas existe una gran competencia de Chile y Río Negro, en ciruelas desecadas (tercer producto en importancia durante 2003) no existe la oferta suficiente, y en el caso del vino a granel los precios elevados pueden complicar las transacciones.
Así, empresas vitivinícolas ubicadas en Mendoza, como la bodega Trivento, tienen interesantes perspectivas para desarrollar el mercado ruso, que hoy tiene un consumo per cápita de 4 litros de vino al año. “Las expectativas para 2004 son grandes. En 2003 vendimos 3 contenedores y este año pensamos crecer entre un 200 y 300 por ciento”, explicó a Los Andes Economía Leandro Bastías, export manager de la firma, quien insistió en que “es un mercado muy complejo, pero con mucho potencial”.
Con este marco de fondo, Vinny Mir, la mayor firma importadora rusa de vino embotellado, que lleva algunos años realizando operaciones en la provincia, abrió una oficina en Mendoza el pasado 1 de marzo con el propósito de incrementar los volúmenes exportados de vino a esa nación. “Hay muy buenas perspectivas. Estamos interesados básicamente en el vino fraccionado (en botella y tetra), con lo que todo el valor agregado quedaría acá en la Argentina”, apuntó Mijail Mamontoff, responsable de la firma en la provincia.
El empresario comentó a Los Andes Economía que para este año prevén un incremento del 70% en los volúmenes exportados a Rusia, respecto del año anterior.
Asimismo, el responsable de Vinny Mir advirtió que Argentina posee productos de buena calidad y muy competitivos, “pero que mundialmente no son conocidos por falta de promoción”.
“Tanto Mendoza como San Juan se encuentran dispuestas a exportar sus productos y darlos a conocer al mundo, y en este sentido Rusia es un mercado muy amplio y con grandes posibilidades para un país productor de vinos como Argentina”, agregó Mamontoff.
Menos vodka
Así, el potencial de las exportaciones a Rusia para la industria vitivinícola es más que interesante, debido a que se trata de un mercado que creció en los últimos tres años a un ritmo del 30% anual. En este período se registró un notable aumento de importaciones de vinos procedentes de España, Bulgaria, Hungría, Chile, Ucrania, y en menor proporción desde la Argentina.
Actualmente, cada vez más importadores rusos están interesados en la importación de vinos a granel para fraccionarlos en su país, aunque por el momento los elevados precios que registra el mercado argentino en esta modalidad (25 centavos de dólar por litro) puede ‘achatar’ la demanda.
El consumo creciente de vinos en Rusia está acompañado por una caída en la demanda de otras bebidas de mayor graduación alcohólica, como el vodka (40°-45°), que según un informe del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) ya ha perdido entre un 10 y 15 por ciento de sus consumidores.
En la caída del consumo de bebidas blancas de alto grado alcohólico, también tuvo que ver el gobierno ruso, que implementó políticas para sustituir este tipo de productos por el vino.
En la línea, el mismo estudio español asegura que el vino representa el 15% del consumo total de bebidas alcohólicas, y que las variedades tintas “se presentan como un elemento de prestigio e imagen”.
Por Germán Sala
Fuente Diario Los Andes