A pesar de la histórica falta de apoyo estatal, las pequeñas y medianas empresas argentinas han logrado desarrollarse hasta convertirse en uno de los principales pilares de la economía y hoy intentan ganar competitividad para poder llegar a los mercados externos más exigentes. Sin embargo, las PyMEs deberían trabajar para dar mayor valor agregado a sus productos integrándose en las cadenas productivas de las grandes empresas, de manera tal que logren mas ganancias por cada unidad vendida y una posición de privilegio en el comercio exterior. Estas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron diversos representantes del sector, aunque con diferencia de criterios, durante la conferencia "La oportunidad para las PyMEs", organizada par El Cronista Comercial.
Uno de los tres paneles de la conferencia estuvo dedicado a dos PyMEs exitosas, cuyos empresarios expusieron acerca de los obstáculos que debieron superar para salir adelante en un contexto muchas veces desfavorable. El primer caso presentado fue el de Ingeniería Prodol, empresa creada en 1973 que fabrica maquinaria de empaque para frutas y que cuenta con dos plantas en el país, una en Brasil y otra en Chile. La compañía comenzó vendiendo sólo en el mercado interno y se expandió fuertemente a principios de los años '80, gracias al desarrollo del sector frutihortícola. Sin embargo, ante la caída de las ventas en la ultima década, debió expandirse hacia el exterior para no desaparecer. "Esto nos permitió subsistir y vender nuestra maquinaria en otros mercados, incluso compitiendo con oferentes de Estados Unidos y Europa", señaló Sergio Gemetro, gerente de la empresa. Además, Prodol debió abrir plantas en Chile y en Brasil para poder brindar asistencia técnica posventa. En el caso de este ultimo país, fue el propio gobierno brasileño el que fomentó la radicación de la planta debido al alto desarrollo que tiene la empresa en su segmento. En este sentido, Gemetro destacó la política de atracción industrial de Brasil y lamentó la falta de apoyo que tuvo Prodol durante su desarrollo en la Argentina, "Debería existir un trabajo en equipo entre el sector publico y privado para ganar mercados", propuso, tras destacar el contrapeso que significa la mala imagen del país en el exterior y la importancia de desarrollar tecnología. El problema del financiamiento ocupó gran parte del encuentro. Gemetro explicó que deben financiar ellos mismos a sus clientes locales y eso les quita capital de inversión.
El siguiente en exponer fue Oscar Andorno, presidente de Berandebi, fabricante de maquinaria para la elaboración de alimentos balanceados con sede en Rafaela, Santa Fe. La empresa, creada en 1984, fue creciendo lentamente gracias a la incorporación permanente de conocimiento y tecnología. "Además de esto, nos ayudó mucho impulsar la internacionalización de la compañía", señaló Andorno. Entre las dificultades que Berandebi tuvo que enfrentar en sus 20 años de vida se cuentan la variabilidad de la economía argentina, la inexistencia de políticas para PyMEs y la falta de conocimiento sistematizado, entre otros aspectos. Para resolver parte de estos problemas, Andorno explico que su empresa tuvo que asociarse con otras fabricantes de los mismos bienes para llevar una estrategia común a los mercados externos. "Además, en la ciudad de Rafaela se creó un entorno de apoyo a las PyMEs que fue de mucha utilidad", destacó el empresario.
Luego de las exposiciones de los empresarios, fue el turno de Federico Poli, subsecretario de Pequeña y Mediana Empresa, quien comenzó enumerando los índices que reflejan el crecimiento económico del último año. A continuación, se abocó a destacar el peso que tienen las PyMEs y la dinámica que imprimen a la economía. "Existe un millón de PyMEs en el país, que generan el 73% del empleo y que dan cuenta del 60% del valor agregado que se da a las materias primas", afirmó. El funcionario aseguró que el 99% de las empresas del país son PyMEs, por lo que cada vez que desde una instancia oficial se habla de temas como financiamlento, desarrollo regional o generación de empleo, se esta haciendo referencia a este sector.
Sin embargo, a pesar de la influencia de las PyMEs, todavía sigue siendo muy limitada (apenas llega al 10%) su participación en las exportaciones del
país. Según Poli, en el comercio exterior actual se abren grandes posibilidades para las PyMEs, ya que la mayor parte de las cadenas productivas solo exportan materias primas con escaso valor agregado y, por Io tanto, resignan ganancia por cada producto. "El 42% de las exportaciones argentinas se concentran en la primera transformación, el 36% en la segunda y sólo el 22% en la tercera", ejemplifico Poli. Así, mientras que una tonelada de un producto de la primera transformación tiene un valor promedio de u$s 181,9, cuando se trata de uno de la tercera transformación eleva su precio a u$s 1.688 por tonelada. En este sentido, afirmó que si el país produjera mas valor agregado, habría un impacto directo sobre la tasa de desempleo. "Si en vez de exportar bienes del primer tramo de la cadena se exportara ese insumo transformado en manufactura, el empleo sería tres o cuatro veces mayor", explicó.
A su turno, Jorge Forteza, socio y vicepresidente senior de Booz Allen Hamilton y miembro del Consejo Editorial de El Cronista Comercial, quien coincidió en que la Argentina se destaca como productor de commodities, pero que se deberá avanzar sobre la cadena de valor en el futuro, aprovechando que el país cuenta con recursos naturales y humanos muy competitivos. Así, por ejemplo, debería pasarse de la producción de bienes primarios, como ocurre en la actualidad, a tener como oferta para el exterior un conjunto de "paquetes" de servicios y manufacturas de alto valor. Entre estas, se encuentran tanto los bienes de capital como el software, la educación o el turismo. "Las potenciales ofertas podrían enriquecerse adoptando posicionamientos estratégicos diferenciados", señaló Forteza. En el sector del turismo, uno de los que ofrece mayor potencialidad, la Argentina debería avanzar desde la oferta básica actual hacia una "marca propia" que incluya conceptos como la Patagonia o el Cono Sur, y que atraiga a turistas de alto poder adquisitivo. Según el consultor de empresas, las PyMEs tienen el papel principal en este mejoramiento de la oferta externa de la Argentina.
Al referirse al desarrollo de las PyMEs, Porteza explicó que este surge siempre como consecuencia de la resolución de fallas de mercado (como la falta de información y de crédito) y por la superación de cuellos de botella, tales como el acceso a mercados, la gestión de la cadena logística y las practicas gerenciales. Como opción para lograr la solución de estas trabas, el consultor señaló dos posibilidades. "El desarrollo de las PyMEs puede acelerarse por dos iniciativas diferentes y potencialmente complementarias: la formación de clusters o la expansión de una cadena facilitada por una gran empresa", dijo Forteza. Al llegar a este punto, destacó el caso de Berandebi, que a pesar de competir con otros empresas similares en el área industrial de Santa Fe, logró impulsar una estrategia conjunta con éstas para darse a conocer en el exterior.
Antes de finalizar su exposición, Forteza señaló que en los próximos años el país seguramente tendrá un tipo de cambio monetario más bajo que el actual, por la que las empresas deberán diferenciar sus productos en el exterior gracias a la calidad y no tanto por el bajo precio, lo que implicará un cambio de mentalidad en la manera de competir.
Fuente El Cronista Comercial