China se ha convertido en el principal factor del comercio mundial de agroalimentos. Desde hace tiempo, y de manera creciente, los analistas están centrando la mira en lo que sucede con el coloso asiático, lanzado en una fase de crecimiento acelerado. Para la Argentina todo lo que acontezca en China es clave, porque ya se constituyó en el principal comprador de soja y otros productos de las pampas. De acuerdo a las proyecciones del USDA para la próxima década, China pasará de ser exportador a convertirse en importador neto. Este hecho no pasa desapercibido para los oficiales agrícolas chinos, quienes defienden la política de la autosuficiencia. China puede insertarse en el mercado, o adoptar un rumbo proteccionista como lo hizo en los 90¨s., lo que produjo una baja en los precios internacionales.
China es hoy el mayor productor de granos. Después de una importante expansión en el sector, la producción pasó de unos 90 millones de toneladas en 1950 a 392 millones de toneladas en 1998. Sin embargo, desde ese momento la cosecha viene cayendo. La producción total de la última campaña se ubicó en 322 millones de toneladas. Para tener una idea de la dimensión, la baja de 70 millones de toneladas excede a la producción anual de granos de Canadá.
China viene cubriendo los "baches" de su producción consumiendo stocks. Y cuando estos llegan a niveles limites, importa. Hace unos días una delegación comercial adquirió 5 millones de toneladas de trigo de Estados Unidos, Australia y Canadá. La compra provocó una suba en los precios, que recuperaron sus niveles en cuanto los chinos se retiraron del mercado.
De acuerdo a los expertos, estas subas y bajas en los precios, son apenas los temblores previos a un terremoto. El dato es que la producción agrícola en China viene cayendo, y la demanda por el contrario, crece. Hasta ahora lo hizo a una tasa de 11 millones de habitantes por año. Aunque las predicciones del USDA para la próxima década no estiman un aumento en la tasa de crecimiento poblacional, sí se ve una recuperación en los ingresos per cápita, lo que a su vez aumenta el consumo. El mismo aumenta no sólo en cantidad sino que en calidad; se espera que los chinos consuman más alimentos como carne de cerdo, pollo y huevos, y en menor medida carne vacuna y leche.
Varios informes concuerdan en diagnosticar que la menor producción agrícola en China obedece a una caída de 14 millones de hectáreas en el área cosechada, debido a una menor disponibilidad de agua para riego y un aumento en la desertificación, entre otros factores.
La expansión urbana e industrial compite con las áreas agrícolas. El entusiasmo por desarrollar nuevas zonas comerciales, altamente atractivas para las inversiones, compiten con el área agrícola. Según datos suministrados el Ministro de Tierras y Recursos los nuevos desarrollos ocuparon cerca de 3,5 millones de hectáreas.
Cada 20 autos que se suman al parque automotor Chino, se deben pavimentar unas 0,4 hectáreas. Los 2 millones de autos que se vendieron en el 2003 requirieron una superficie equivalente a 100.000 canchas de fútbol.
Política Agrícola
Las proyecciones del USDA indican que China pasará de exportar 10 millones de toneladas de granos a convertirse en un importador neto en los próximos 10 años. Si bien esta noticia es buena para la firmeza de los precios en el futuro, algunos analistas advierten que hay que seguir de cerca como será la Política Agrícola que China adopte en los próximos años. A pesar de que abandonó los precios sostén en 1999, el gran interrogante es si las importaciones vuelven a los altos niveles de los 90, ¿volveremos a enfrentar decisiones políticas como las que afectaron a los mercados en los últimos cuatro años?
John Wade, director del Servicio Agrícola Exterior del USDA señaló que para responder a esta pregunta hay que entender cuales son los objetivos de la Política Agrícola China. En primer lugar, el principal objetivo es el de mantener el ingreso de los productores chinos. Asimismo, existe una gran preocupación histórica por ser "autosuficientes" en granos. Este fue el eje fundamental que gobernó las decisiones de los 90. Ahora que los stocks están bajando, se vuelve a oír hablar de la cuestión de la autoabastecimiento en los despachos oficiales.
En el USDA creen que es muy probable que la política del futuro contemple promover las exportaciones y mantener los precios domésticos bajos; objetivos que no son muy diferentes a los de los 90´s. Sin embargo, la situación presupuestaria dificultaría volver a implementar políticas de precios sostén.
Pero existen otras herramientas para tener en cuenta como son las restricciones al comercio. Aún hoy, dentro de la Organización Mundial del Comercio, hay una lista de restricciones contrarias a la OMC. La justificación China se fundamenta en que otros países también las aplican, y tienen como ejemplo las prohibición de Japón para aves y vegetales chinos basados en temas fitosanitarios. O el cierre de la Unión Europea para carnes por problemas de residuos. Estas acciones por parte de Europa y Japón llevaron a China a controlar las importaciones de pollo y a justificar los subsidios a las exportaciones.
De acuerdo al directivo del USDA, el futuro de las Políticas Agrícolas de China dependerá del acceso que se le de a sus productos en el resto de los mercados. Si sigue encontrando barreras —justificadas o no— es esperable que aumenten las políticas proteccionistas. El problema es que las opciones de que China se vuelva hacia los mercados o sea más proteccionista, influirá directamente en la tendencia de los precios en el futuro próximo.
Fuente Diario Clarín