Con el fin de minimizar los perjuicios derivados de la Ley de Bioterrorismo, que endurecerá fuertemente los controles sobre los alimentos a partir de agosto, el Gobierno de Estados Unidos facilitará los trámites de acceso de estos productos argentinos a su mercado.
Así lo confirmó la subsecretaria de Seguridad Alimentaria estadounidense, Elsa Murano, que llegó a Buenos Aires para reunirse con técnicos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagpya), del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Disposiciones
“La Argentina lleva exportando alimentos a Estados Unidos por mucho tiempo, así que estamos seguros de que no habrá problemas”, dijo Murano en una conferencia de prensa que ofreció en la embajada de ese país.
La Ley de Bioterrorismo, que se aplicará plenamente desde mediados de agosto próximo, establece la obligatoriedad de registrar todas las instalaciones o plantas de las empresas estadounidenses y extranjeras que fabriquen, procesen, empaquen, conserven o exporten a los Estados Unidos alimentos de consumo humano o animal.
También dispone la necesidad del aviso anticipado o preaviso de todos los bienes que estén en camino a Estados Unidos, con distintos plazos temporales de acuerdo al tipo de transporte utilizado.
“Estamos acá para asegurarnos que no tengan problemas, y si podemos ayudar en algo para facilitar el acceso, lo haremos”, indicó la funcionaria cubano-americana.
Murano adelantó también que “hay auditores especializados que van a venir a la Argentina en los próximos meses”, para verificar la seguridad de las instalaciones, y negó que haya tratado la apertura del mercado estadounidense para otros bienes argentinos, al señalar que “no estoy aquí para hablar de comercio, sino de seguridad”.
Defensa
“No hemos tenido ninguna amenaza directa, pero no podemos dejar de hacer todo lo posible para eliminar la oportunidad de que un terrorista nos ataque”, agregó.
Sobre la posibilidad de que terceros países apliquen sobre la mercadería estadounidense los mismos controles que los contenidos en la nueva ley, la funcionaria admitió que “es posible que así sea, pero cada país tiene el derecho de hacer lo que quiera para protegerse”.
En otro orden, Murano defendió el uso de cepas transgénicas en la agricultura, y destacó que “no se ha demostrado que la manipulación genética cause ningún daño”.
“Estamos tratando de convencer a otros países de que no hay evidencia de que sean dañinos”, puntualizó.