En diciembre último finalizaron las negociaciones que darán origen a un fuerte bloque sudamericano de libre comercio integrado por la Comunidad Andina de Naciones (CAN, formado por Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Bolivia, un mercado de 109 millones de habitantes con importaciones por 40.000 millones de dólares) y el Mercosur, que entrará en vigor a partir del 1° de julio. Según las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para este año, la economía regional se incrementará un 3,5%; "por primera vez desde 1997 no se proyecta un crecimiento negativo en ninguna economía latinoamericana", añade el organismo.
En 2003, "el intercambio subió un 1,3% y los precios de los productos básicos de la región aumentaron un 15,9%, aunque la variación del índice de precios de las exportaciones totales, incluidas las manufacturas, es menor (2,8%). En la Comunidad Andina, las ventas al exterior aumentaron un 5% y en el caso del Mercosur ascendieron a tasas del 17,9%. También el comercio intrarregional se recuperó parcialmente: la combinación de volumen y precios convirtió a 2003 en un año récord de superávit comercial (41.000 millones de dólares)", agrega la Cepal.
Con buenas perspectivas y reafirmada voluntad política, 2004 promete ser un año de consolidación comercial entre países latinoamericanos a la luz del flamante acuerdo.
Sinergia productiva
"Se abren muchas oportunidades para la Argentina, sobre todo si se considera la demanda de importaciones de la CAN y nuestra oferta exportable: si abasteciéramos esa demanda existe un aumento potencial fuerte de 3500 millones de dólares de exportaciones. Acaparando sólo un 30% de ese mercado, se generaría un aumento real de 1000 millones de dólares, sobre todo en productos industriales, compras interindustriales y algunos alimentos", señaló el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado.
El funcionario explicó que el tratado prevé un cronograma de desgravación arancelaria para el 80% de los productos en 10 años, a un ritmo de entre el 10 y el 15% por año hasta llegar a cero. Para productos delicados, el programa es a 15 años, agregó.
Consultado sobre si cambia la configuración de los actores que negocian en el ALCA a partir del nuevo bloque sudamericano, Redrado descartó modificaciones: "La estrategia de política comercial que estamos llevando adelante evita la falsa disyuntiva Mercosur versus ALCA. Continuamos con el concepto de multipolaridad y negociaciones simultáneas".
El hecho de mayor trascendencia que Redrado rescató, al margen de las posibilidades comerciales, "la nueva sintonía que se crea en América latina; el acuerdo sentará las bases para la integración productiva en sectores como los minerales, industria química, alimentos y bebidas, tabaco, aceites, productos vegetales, pasta de madera y papel, y textiles". Según el estudio "Oportunidades y amenazas de un acuerdo Mercosur-Comunidad Andina" elaborado por el Centro de Economía Internacional (CEI) de la Cancillería, la "CAN participa con el 7% de las exportaciones que realiza la Argentina, pero en plásticos y caucho, industria química, máquinas y aparatos, metales comunes y sus manufacturas, el mercado andino concentra entre el 14% y el 17% de las ventas argentinas fuera del Mercosur (360 millones de dólares)".
El trabajo del CEI indica que, de eliminarse las barreras comerciales, reducirse los aranceles y potenciarse la complementariedad en los negocios a partir del tratado de libre comercio, "el potencial para la Argentina alcanzaría a los 9800 millones de dólares (3500 millones de dólares por oportunidades fuertes, es decir, sin mayor competencia de Brasil, por ejemplo)". Un 27% de ese valor correspondería a manufacturas de origen agropecuario (MOA) como lácteos, alimentos y residuos de la industria alimentaria y productos primarios como cereales, aunque también participan algunas manufacturas industriales.
Las oportunidades para Brasil serían mayores a los 10.000 millones de dólares si se consideran las perspectivas para los sectores de vehículos y autopartes, caucho y sus manufacturas, manufacturas de fundición y plásticos. Para el CEI, el PBI argentino se incrementaría en un 0,5% y sus ventas, en un 2,2%, en cuanto se liberalice el comercio con las naciones andinas.
"Es importante señalar -agrega el estudio- que el 53% del monto total de las importaciones andinas con mayor potencial está afectado por el sistema de franjas de precios" aplicado por la CAN.
Trabas
Este mecanismo de aranceles variables afecta a un grupo de productos agropecuarios básicos (carne de cerdo, trozos de pollo, leche entera, trigo, cebada, maíz, soja, aceite de soja y de palma y azúcar, entre otros) y apunta a estabilizar los precios de importación de estos bienes que se caracterizan por una alta volatilidad en el mercado mundial: cuando el precio internacional está por debajo del piso de la franja el arancel aumenta, y viceversa. Estas franjas tienen una vigencia anual y el precio de los commodities lo calcula la Secretaría General de la CAN.
Desde Lima, Perú, el gerente de proyecto de negociaciones comerciales con el Mercosur de la CAN, Iván Larrazábal, dijo que el acuerdo de libre comercio "es muy bueno para el intercambio comercial, pero su valor agregado es que a partir de ahora se fortalecerá la integración física, la complementación productiva y la cooperación financiera en América del Sur. Es un paso inicial para que los sudamericanos consolidemos un espacio ampliado con identidad propia a partir del cual avanzar".
El interés de la CAN en el Mercosur, en opinión de Rocío Boza, del proyecto de promoción comercial andina, se expresa en una serie de productos identificados como "prioritarios y con mayores oportunidades de negocios para colocar en los países del Mercosur: impresos y publicaciones, plásticos, servicios, pesca y acuicultura, biocomercio, metalmecánica, confecciones, frutas y hortalizas, y químicos".
"Durante la década del 90, más del 50% de las exportaciones andinas al Mercosur se concentró en combustibles (petróleo y derivados)", indicó Boza, al tiempo que dijo: "este acuerdo beneficiará la diversificación de las ventas andinas".
Mercado para pymes
Los envíos desde la Comunidad Andina a los países del Mercosur consisten, sobre todo, en aceite de petróleo y sus derivados, gas natural, bananas, plata en bruto y minerales de zinc, y en menor medida por cátodos de cobre, hulla bituminosa, plomo refinado y máquinas de sondeo. En tanto, las ventas del Mercosur incluyen vehículos varios, aceite y porotos de soja, maíz duro, medicamentos, trigo, nafta, tubos, aparatos en general y neumáticos, entre otros.
El coordinador del área de Comercio Exterior de la Secretaría de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable del Gobierno de la Ciudad de de Buenos Aires, Enrique Avogadro, destacó que los países de la CAN "son buenos primeros mercados para las pymes por una cuestión de escala; toda América latina es una buena plataforma de expansión".
Desde el gobierno porteño se impulsaron en 2003 misiones a Perú, Ecuador y Venezuela, y este año se viajará nuevamente a Perú y por primera vez a Colombia. En opinión de Avogadro, son varias las características que hacen a estos mercados más que atractivos para las pymes: "el idioma, la idiosincrasia, una interesante relación costo de viaje y beneficios; nuestros precios son muy competitivos y, además, en la gran mayoría de estos países la Argentina es muy reconocida por la calidad de sus productos. Pero lo más importante es viajar. Son mercados muy accesibles y en una semana se puede tener una idea bastante acabada de cómo funcionan. Son absolutamente abarcables y flexibles en cuanto a la escala".
Junto con la Fundación ExportAr (que promueve las exportaciones en el exterior), en el gobierno porteño funciona la Red de Exportadores, un grupo de trabajo de pymes de la capital que organiza misiones comerciales a varios mercados; entre ellos, los latinoamericanos. Informes: 4326-4257; en Internet: www.redexport.mercadoba.gov.ar
Por Emiliano Galli
Fuente Diario La Nación