Luego de la crisis que casi provocó el cierre de la empresa en 2001, la fábrica de máquinas agrícolas y herramientas Gherardi recuperó a full su producción y busca hacerse un lugar en el mercado de exportación. En la planta de Casilda, Provincia de Santa Fe, produce 30 máquinas sembradoras por mes, algunas de las cuales está colocando en los países vecinos. La performance exportadora se nota más en el sector de herramientas de mano, el otro gran rubro de la compañía, y donde son líderes en el mercado nacional.
Gherardi comenzó a exportar cucharas de albañil, palas y martillos en el mercado mexicano, desplazando de una porción del mismo incluso a grandes operadores del sector a nivel internacional. También exporta a Perú, Australia y Nueva Zelanda.
Instalada en Casilda desde los años 30, la fábrica comenzó a sentir los efectos de la recesión a partir del año 97, y entró en un camino declinante que hizo eclosión en 2001, cuando estuvo a punto de cerrar. Precisamente por estos días se cumplen dos años de cuando una columna de trabajadores de la firma que luchaba para evitar el cierre partió hacia el centro de la ciudad en una marcha que luego se convirtió en el famoso Casildazo.
Hoy, después de la devaluación, la situación e totalmente distinta. La empresa ocupa a 300 personas en forma directa y otro centenar a través de la tercerización y, por estos días, atraviesa las dificultades de todo el sector metalmecánico para conseguir trabajadores calificados.
En cuanto a sembradoras, Daniel Gherardi comentó que hacia el año 2000 la fábrica producía a un nivel de 7 u 8 máquinas mensuales. Ahora está en el orden de las 30 ó 35 máquinas. La recuperación del sector agropecuario impulsó esta reactivación, al igual que la de todo el sector. Se estima que el mercado de sembradoras cerró 2003 con una venta de más de 5 mil unidades, un récord para el sector en el que más claramente mandan las empresas de capital nacional.
Gherardi explicó que desde el último año la empresa se ha lanzó agresivamente a buscar mercados externos y llevó máquinas a países como Paraguay y Uruguay.
A la reactivación del campo se sumó un año después el despertar de la construcción, otro gran rubro del que depende la actividad de la firma que mantiene el 70% del mercado nacional de herramientas manuales com cucharas de albañil, palas, machetes, martillos, tenazas, etcétera.
Según dijo Gherardi, están produciendo casi 200 mil unidades mensuales y en este rubro están claramente lanzados a globalizarse. Colocan productos en Centroamérica, México, Perú, Australia y Nueva Zelanda. Al mercado mexicano, cinco veces más grande que el argentino, enviaron en 2003 200 mil unidades.
La fábrica de Gherardi fue una de las elegidas por el ministro de Producción, Cristian Desideri, para la recorrida que decidió realizar por una vez por semana por distintas empresas de la región.
En el caso de la maquinaria agrícola, el mercado local tuvo con el boom del campo un explosivo crecimiento desde la segunda mitad de 2002. Estimaciones privadas indican que las ventas de cosechadoras llegaron a 1.500 unidades en 2003 y las de sembradoras por encima de 5.000. Las perspectivas para 2004 son, en principio, de crecimiento.
La novedad para este año, consideran en el sector, es la posibilidad de que al tradicional canje por granos, que fue la casi exclusiva moneda de pago en estos últimos tiempos, se sumen herramientas de financiamiento, como el leasing. No obstante, el principal temor de los fabricantes pasa por el aumento de las importaciones de maquinaria, sobre todo de Brasil, uno de los rubros que impulsó el crecimiento de un 50% en las compras globales al exterior durante 2003.
Mientras las fábricas de la región, donde están instaladas casi el 50% de las plantas de todo el país, están realizando o por realizar proyectos importantes de inversión, las cámaras empresariales reclaman al gobierno nacional un horizonte de certeza en cuanto al comercio exterior, de modo de no repetir la experiencia de la invasión brasileña.
Fuente Diario La Capital