Alicia Bañuelos tiene 52 años, unos cuantos como doctora en Física, y pocos menos como desarrolladora de una empresa de Internet y emprendedora forestal en San Luis. Con el con el firme objetivo de exportar, en 2001 comenzó a estudiar qué se podía vender con valor agregado y ya está próxima a embarcar hacia Japón. Hacer la mejor fruta untable del mundo. Ni mermelada, ni jalea. ¿Dulce? Puede ser, pero lo que mejor define el producto que lanzó al mercado en julio Estancias Rama es el de fruta untable, llamada así por la mayor concentración de fruta y porque los trozos de pera, manzana, tomate o cítricos se pueden morder, y el gusto es totalmente distinto. "Somos los primeros en desarrollar este producto en la Argentina", señaló Bañuelos.
En 2001 se desprendió de su empresa de Internet y, junto con un grupo de conocidos y amigos -tampoco provenientes de la industria de los alimentos, sino ingenieros civiles y en sistemas-, se puso a estudiar.
"Nuestro principal objetivo era seguir forestando en San Luis (participa con unas 600 hectáreas del plan forestal Rama), pero debíamos encontrar una fuente de recursos genuinos. Nos contactamos con gente de la industria de los alimentos para aprender. No sabíamos nada", contó la empresaria.
Su investigación duró dos años. ¿Por dónde empezaron? "Dijimos: "A ver, ¿qué comen los europeos, los asiáticos y los norteamericanos, que no demande una inversión de US$ 700 millones? Pensemos en un producto con alto valor agregado, que se pueda comer en el desayuno, en un almuerzo y hasta en un helado, y veamos cómo producirlo"," narró.
La fruta untable Estancias Rama se elabora con un 70% de fruta y un 30% de jugo de uva. "Las mermeladas suelen tener un 50% de fruta y un 50% de azúcar, que nosotros reemplazamos por jugo de uva concentrado (para evaporar el agua) y rectificado (se le quita el gusto a uva), por lo que en lugar de usar sacarosa utilizamos fructosa", dijo.
La producción se hace de acuerdo con la estación, y los sabores abarcan cítricos, pera, manzana, uva, melón, damasco, durazno, tomate, membrillo, zapallos, higos y combinados como zapallo y manzana, zanahoria y limón. Además, están los productos estrella de limón, pera, naranja y manzanas verdes. Venden una línea natural y otra light, de 22 sabores en total, en frascos de 260 gramos o en cajas de cuatro unidades de 45 gramos.
"La comercialización no es nada sencilla. Es un producto caro -advirtió-, tanto como sus insumos; usamos más fruta y no de guarda (descarte), sino de primera calidad. Además, la tonelada de mosto cuesta US$ 860, mientras que la de azúcar sale US$ 100", explicó. Bañuelos plantea todos estos argumentos en la mesa de negociación con gigantes como Jumbo, Carrefour, Norte y Wal Mart que, en un principio, como todos, no sabían de qué se trataba.
"Pero se dieron cuenta de que es un producto distinto, nuevo. Los supermercados supieron apreciar la diferencia", señaló la emprendedora, que no sólo comercializa la fruta untable en estas tiendas sino en Falabella y en el recientemente inaugurado El Barreal, la incursión en alimentos gourmet de Marta Harff. El precio final varía entre 7,50 y 7,90 pesos. "En julio empezamos a venderlos en el mercado interno, y estamos muy cerca de cerrar la primera exportación", narró.
El camino exportador fue errático ("fuimos aprendiendo; al principio mandábamos muestras a todos los que llamaban, sin investigar mucho antes... Y cada caja nos salía 50 pesos más US$ 100 del envío"), pero ya tienen interés en mercados como Brasil, Estados Unidos, países bajos y China. Pero el país con que están muy cerca de cerrar el debut es nada menos que Japón: "Les fascinó el producto porque no es empalagoso y ya nos pidieron los análisis... Hay muchas posibilidades", destacó, expectante, la doctora en Física.
Por Emiliano Galli
Fuente Diario La Nación