Juntos exportan lana al Uruguay
Rio Negro.
Indígenas y unos 500 pequeños productores se unen en una federación para hacer negocios con el exterior. Lo que no se hace oportunamente, en el momento justo y necesario, después "ya es tarde". Hasta demasiado tarde, razona Segundo Hernández (54), pequeño productor de lana de Jacobacci.
"Por lo pronto -y con convicción- apuesto al cooperativismo, a hacer la cosas juntos, a ayudarnos solidariamente", dice este hombre que es parte de esos 500 pequeños productores ganaderos del sur rionegrino, la mayoría de ellos pertenecientes a comunidades indígenas mapuches, que se han organizado en seis cooperativas integradas por la Federación de Cooperativas de la Región Sur (Fecorsur) para vender juntos en la próxima zafra más de 150.000 kilos de lana al exterior, con el mejor precio del mercado.
"Tenemos muy buenas expectativas para estas ventas de principios de noviembre. Es un momento excelente para la lana y el pelo. Claro, habrá que esperar a marzo, en el momento en que cobremos, para ver qué tal fue el negocio", dice. La organización a través de cooperativas laneras registra en Río Negro sus primeros antecedentes en la década del "70, pero adquirió mayor fuerza como una necesidad solidaria tras las fuertes nevadas de 1984, que diezmaron las majadas y dejaron a los productores menores de las mesetas sureñas en la ruina total.
"Algo había que hacer y empezamos de a poco, primero fomentando el espíritu cooperativo y después ayudando a todos los paisanos a organizarse de la mejor manera", expresó Hernández, presidente de Fecorsur, con sede en Jacobacci. El movimiento fue creciendo y ahora hay unos 500 productores y sus respectivas familias nucleados en seis cooperativas: Jacobacci -la mayor de todas, con 160 miembros-; Maquinchao, Treneta, El Chaiful, Laguna Blanca y Villa Llanquín. La cooperativa de artesanos "Suen Mapuche", de Bariloche, con 90 mujeres que realizan hilados y tejidos utilizando la lana de las ovejas sureñas como materia prima, también forma parte de Fecorsur.
"Si no nos ayudamos unos a otros, morimos. Fuimos", admite. Lo bueno de todo esto, agrega, es que la Federación tiene toda una serie de servicios que individualmente es difícil de acceder, como buscar la lana en el campo, comercializarla, comprar insumos, capacitarse. "Andá solo a hacer todo esto: directamente no se puede".
La característica común de los 500 productores asociados a través de la federación sureña es la escala reducida de sus majadas, con un máximo de 200 ovejas por cada familia.
La fuerza de la organización da sus frutos cuando anualmente, después de la esquila que se practica entre octubre y noviembre, cada pequeña cooperativa realiza el acopio de su producción y más tarde los camiones de Fecorsur trasportan la totalidad de la lana al amplio galpón ubicado en Jacobacci.
"Después de que tenemos toda la lana acopiada, negociamos con los compradores el mejor precio en conjunto. En los últimos años exportamos directamente al Uruguay, sin intermediarios", concluyó Hernández.
Fuente: Diario Rio Negro