Con diversas iniciativas en marcha, productores y municipios de la Patagonia consolidan el perfil exportador de la región. Los nuevos proyectos, que apuntan a colocar en el mercado externo productos regionales como choiques, guanacos o liebres, se apoyan sobre dos pilares: las ventajas obtenidas por la devaluación del peso y el sello de "hecho en Patagonia" que acompaña a los productos destinados a la exportación. Pico Truncado, un municipio localizado en el norte de Santa Cruz, es un ejemplo de la fiebre exportadora que por estos meses alcanza principalmente a pequeños y medianos productores de la región. En esta ciudad -cuya principal actividad económica es el petróleo- la Oficina de Desarrollo municipal trabaja en un programa integral para el manejo, producción, reproducción y comercialización del choique, un animal autóctono y fácil de encontrar en tierras patagónicas.
"Ya realizamos las dos primeras faenas comerciales de esta especie en el país. Sabemos que del choique se puede utilizar la carne, el cuero, las plumas y la grasa. Nuestro principal objetivo es realizar la primera exportación en octubre de 2004, cuando podamos estar trabajando con alrededor de 100 criaderos sólo en el norte de Santa Cruz", aseguró Luis Martínez, responsable de la Oficina de Desarrollo de la Municipalidad de Pico Truncado.
Desde el municipio ya capacitaron a alrededor de 36 productores del norte santacruceño. Martínez relató que "la semana pasada viajamos a Uruguay y visitamos una planta desde donde se exporta ñandú a Brasil y Dubai. Está demostrado que pensar en algo similar con el choique es posible, más allá de que no existan aún en la Argentina experiencias o frigoríficos destinados a esta faena".
Actualmente hay en esta provincia 12 criaderos que poseen alrededor de 400 ejemplares, utilizados por ahora como reproductores. "Buscamos -explicó Martínez- tener en Pico Truncado un frigorífico propio habilitado para exportar. La demanda del producto que ofreceremos está asegurada."
A 350 kilómetros de Pico Truncado funciona una planta cortadora de pórfidos, un proyecto del que participa la empresa estatal Fomento Minero Santa Cruz (Fomicruz). Los trabajos que se realizan en la cantera aspiran a incorporar valor agregado al producto con el fin de exportarlo a Europa y Japón. Para ello se buscan inversores privados.
En Comodoro Rivadavia, otra ciudad petrolera ubicada al sur de Chubut, un grupo de productores se asoció para concretar la exportación de carne de conejo a la Comunidad Económica Europea. El proyecto cuenta con el apoyo de la Agencia de Desarollo Local (Adeloc) de la municipalidad local, y aspira a cerrar la primera operación de venta al exterior en marzo del año próximo. Para ello, los miembros de la Cooperativa recibieron préstamos para instalar una planta de faenamiento.
Carne de caballo
En la zona sur de Chubut, mientras tanto, nuevas propuestas también aspiran a convertir a los proyectos exportadores en una alternativa al "monocultivo petrolero". Juan José Magaldi, de la Agencia de Extensión Rural del INTA, planea interesar a productores en la exportación de carne de caballo. "La Patagonia tiene una tradición exportadora de lana. La realidad nos muestra que existe un alto porcentaje de campos abandonados por los largos años de crisis que hoy no pueden repoblarse con ovinos. Para ellos se plantea como alternativa productiva el caballo", dijo.
Los potenciales mercados, según explicó Magaldi, son países europeos como Francia, Italia, Bélgica y Alemania, además de otros destinos como el japonés y el ruso.
"Actualmente buscamos asociar a productores con una denominación de origen. Hoy es mucho más fácil ingresar en el mercado europeo con productos de este tipo, que no son los que normalmente circulan", explicó.
En la zona sur de Chubut y norte de Santa Cruz opera la Cámara de Comercio Exterior de la Patagonia Central, desde hace algunos meses delegación en Comodoro Rivadavia de la Fundación ExportAr. La cámara -que trabaja con alrededor de 20 firmas importadoras y exportadoras- ya ubica en el mercado exterior productos como pescado y langostino congelado, carne y cueros ovinos, y bombas para extracción de petróleo, entre otros.
Otro de los proyectos con sello regional está asociado con el plan de manejo adaptativo y uso sustentable del guanaco en la Patagonia. El proyecto Guenguel incluye una línea para el desarrollo de productos a partir de un estudio experimental del comportamiento industrial de las fibras del animal, tanto en su condición pura como en mezcla con lana merino fina y extrafina. "Esto permitió avanzar a la etapa comercial en el desarrollo de un primer muestrario a modo de colección reducida. Para ubicar este producto en el mundo hemos participado en ferias internacionales", aseguró Rubén Contreras, del proyecto Guenguel.
"Hemos ingresado en la etapa más difícil dentro del ciclo de vida de un proyecto, que es justamente la vinculada con el proceso de penetración y posicionamiento del producto, en un mercado tan competitivo como el que conforma el segmento de prendas de alta calidad. Se han enviado muestras a empresas de Austria, Suiza, Japón, Italia, Inglaterra y España", expresó.
La etapa comercial de Guenguel se inició en agosto último y todavía no fue posible concretar un envío importante. "Pero en los próximos 30 días podremos acordar al menos dos operaciones importantes", adelantó Contreras.
Por Ana Tronfi
Fuente Diario La Nación