Cuestionan la ley que regula la importación de alimentos. Estados Unidos se propuso controlar la ingesta de alimentos de sus consumidores. Quiere "preservar el suministro de alimentos de ser utilizados como medio de ataques". Y lanzó la ley de bioterrorismo; pero su letra se presta a confusiones y a presunta discrecionalidad. ¿Qué sucede con los contenedores consolidados, donde mercaderías en regla con las normas comparten el espacio con otras susceptibles de ser demoradas? ¿Y quién corre con el costo de mantenimiento si aquéllas son perecederas y permanecen en "retención administrativa"? ¿La FDA resarcirá en caso de sospecha injustificada o si se equivocó, simplemente?
"Confusión y desconcierto" es lo que provoca la norma, comentó el director de fiscalización agroalimentaria del Senasa, Eduardo Cohen Arazi, sobre las implicancias que tendrá la ley para los productores y exportadores de alimentos argentinos. Es que todo comestible (salvo carne vacuna y aviar y huevos) que ingrese por las aduanas norteamericanas deberá avisar sobre su ingreso unas horas antes y contar con un registro de la planta en la que se fabricó, procesó, envasó, empacó y almacenó. "Parece que todos somos terroristas; todos somos culpables y tenemos que demostrar lo contrario", señaló Gustavo Secilio, director de Quality, consultora en calidad. "La FDA calcula una merma del 16% de las exportaciones a Estados Unidos;más de US$ 580 millones de ventas argentinas están comprometidas", dijo.
Inconsistente
Gustavo Idígoras, director de Mercados Agroalimentarios de la Secretaría de Agricultura, manifestó que "la consistencia de la ley en relación con el sistema multilateral de comercio no parece sustentarse".
Concedido el objetivo legítimo de la norma (la prevención), Idígoras no sólo cuestionó su justificación técnico científica, sino también la evaluación de riesgo que se puso sobre la mesa para comprobar la probabilidad del ingreso de un alimento que pudiera estar contaminado intencionalmente con el objeto de generar un daño. "La evaluación de riesgo se hace habitualmente por país, pero en este caso se hace de forma horizontal y se aplica a todas las plantas de las empresas que quieran exportar a los Estados Unidos", dijo, y dudó de que "los reglamentos de la FDA sean proporcionales al riesgo potencial".
En cuanto a la "evidencia creíble suficiente", reclamó que se provea "una guía con los pasos por seguir para no incurrir en ella, tal como sucede con un cargamento de carne enlatada que, si no cumple con el certificado sanitario de exportación, puede ser detenido. Aquí se sabe cuál es la evidencia creíble suficiente, pero en el caso de esta ley, ¿cuál es la evidencia? ¿Un reporte de un sector productivo norteamericano que duda de un producto importado? ¿Una información de un agente, de la FDA, de un servicio sanitario? No está establecido este concepto central", añadió.
Y otra preocupación que surge es el efecto espejo: "¿Quién puede garantizarnos que otros países a los que proveemos alimentos no vayan a implementar una medida similar?", indicó.
Fuente Diario La Nación