Conocido como el sistema capaz de guardar la historia de un producto alimenticio, la trazabilidad constituye hoy una creciente exigencia de los mercados consumidores europeos. El mecanismo podría permitirle a un comensal de Londres o Madrid, conocer tanto la procedencia como la raza de la carne vacuna que está consumiendo, cuándo nació y quiénes fueron los padres del animal y qué tipo de alimentación recibió. El sistema, que en algunos países se aplica desde hace una década, ha ganado protagonismo en el escenario del comercio exterior de carne vacuna con la aparición de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (BSE), o enfermedad de la "vaca loca", en la Unión Europea, y con los rebrotes aftósicos en esta parte del continente americano. Pero también constituye un creciente requisito de algunos mercados para la importación de otras especies alimenticias, como cerdos, ovejas, aves, peces de cultivo, cítricos, y hasta comienza a hablarse de hacerlo extensivo a la comercialización de caracoles.
Fuentes del sector agropecuario coincidieron en señalar las dificultades para conocer con exactitud el número de bovinos trazados en la actualidad, pero estimaron que podría rondar el 3 por ciento del stock nacional de 56.790.530 cabezas.
Para los especialistas la poca población bovina en estas condiciones se debe a que la mayor parte de la producción local se vuelca al mercado interno y en menor medida a los costos que implica la aplicación del mecanismo de trazabilidad.
PARA ABRIR MERCADOS
"Para los productores exportadores el beneficio de cumplir con este tipo de exigencias internacionales radica en mantener abiertos algunos mercados. Por lo demás no sería serio aventurar si el mercado interno reconocerá el esfuerzo de los productores, aunque existen indicios que determinan que se estaría pagando más la hacienda para exportación", dice Javier María de Urquiza, subsecretario de Economía Agropecuaria de la Nación.
Con todo, en el sector se descuenta que una disposición del Senasa del pasado 15 de agosto que que obliga a identificar con 40 días de anticipación los animales destinados a mercados externos, aumentará el número de animales trazados.
Desde la perspectiva comercial la trazabilidad permitirá avanzar hacia la tipificación de los productos, constituir una garantía sanitaria, que posibilite ganar y consolidar mercados; mejorar la gestión de inventarios con fines financieros, así como desalentar el robo de ganado y la faena clandestina.
Fuente Diario Clarín