Un Mercosur pleno, tal como fue mentado hace más de una década, no se basta a sí mismo sólo con el libre intercambio de mercaderías: la liberalización comercial de servicios y la circulación irrestricta de sus habitantes consolidarán de hecho lo que busca ser una unión aduanera perfecta. ¿Qué alcances tiene esto para la población en general? Un ejemplo rápido sería la posibilidad de que un ingeniero, arquitecto o cualquier otro profesional argentino pueda viajar a Brasil para trabajar de forma temporal, sin las actuales restricciones. Para armonizar los desajustes entre cada uno de los miembros, funciona desde 1998, dentro del Grupo Mercado Común (GMC), una unidad técnica que negocia anualmente los alcances del Protocolo de Montevideo sobre comercio de servicios (que data de 1997) y que prevé un incremento progresivo de la liberalización comercial para los 155 subsectores de prestaciones estudiadas, en un plazo de 10 años.
"El Grupo de Servicios trabaja a fondo en dos temas principales: la visa Mercosur (que elimina las restricciones al permiso de trabajo dentro del Mercosur) y un mecanismo que permita el ejercicio profesional temporario" en el bloque, dijo Ernesto de la Guardia, consejero de la Dirección de Asuntos Económicos Comerciales del Mercosur de la Cancillería, en un desayuno de trabajo organizado por la Cámara de Comercio Argentino Brasileña.
Que los profesionales y técnicos cuenten con una "matrícula temporal" responde a que, en la actualidad, "no existe en el Mercosur el reconocimiento recíproco de títulos, por lo que el tratamiento que se da a sus habitantes es el mismo que se da a cualquier profesional del mundo", dijo De la Guardia, y argumentó que esto no se justifica para un trabajo temporal.
El lobby privado
Este punto se aprobaría este año, pero requiere que distintas federaciones de profesionales se agrupen para promoverlo. "Los ingenieros y arquitectos del Mercosur, agrupados en un consejo, son los que más están avanzando para dar las directrices mínimas que sentarán las bases de un acuerdo marco", agregó.
El sector privado debe demostrar interés porque, una vez aprobado por los órganos del Mercosur, el proyecto se gira a los parlamentos de cada país que deberán crear la figura de matrícula temporal y modificar las legislaciones existentes.
Las negociaciones son lentas porque cuesta armonizar criterios: "Por ahora, el protocolo de Montevideo ha sido ratificado sólo por la Argentina; Brasil lo aprobó, pero puso reparos respecto de las listas de compromisos oficiales que incluyen las ofertas y términos", destacó el funcionario. Por ejemplo, respecto de la visa, la propuesta establece un permiso de estadía para la realización de actividades remuneradas por un plazo de dos años prorrogable a dos años más (antes era de tres meses, solamente).
Aquí, la reticencia de Brasil responde a su propia ley laboral (data de la década del 40) que establece, entre otros puntos, que dos tercios de los empleados de una empresa deben ser brasileños; además, dos tercios de la masa salarial de la firma deben repartirse entre empleados brasileños. Y por último, hay una exigencia de salario mínimo para extranjeros (incluso del Mercosur) de 9000 reales, lo que limita la posibilidad laboral a cargos gerenciales.
Por Emiliano Galli
Fuente Diario La Nación