La cría de ñandúes en cautiverio viene desarrollándose en el país desde hace unos años pero, luego de la devaluación creció a pasos agigantados.
En Latinoamérica, el país más avanzado es Uruguay donde ya se realizan exportaciones. Argentina, en cambio, recién está en la etapa de armado de planteles.
Según los distintos actores de esta producción la demanda de animales faenados no falta. A menudo se reciben pedidos de carne desde todas partes del mundo, fundamentalmente de Europa.
En el mercado interno, hoteles y restaurantes que trabajan con clientes de alto nivel, e incluso un hipermercado de origen estadounidense están deseando incorporar carne de ñandú en sus platos o en la góndola. También hay una demanda activa de cueros y plumas tanto del país como del exterior.
Sin embargo, la producción hoy se encuentra con un cuello de botella: no hay animales suficientes para faenar y abastecer en forma continua ni siquiera al reducido mercado local. Obviamente, que las posibilidades más rentables están en la exportación, pero todos coinciden en que hay que comenzar por vender dentro del país. Para abastecer a los clientes nacionales, habría que tener una disponibilidad de 500 animales por año para faenera, lo cual se obtiene con un plantel de 40 hembras. Pero, para salir al exterior seguramente será necesario una asociación entre 30 y 40 productores.
Por el momento, es más rentable y menos complicado vender reproductores que faenar un animal porque hay muchos criaderos que se están iniciando. Pero, hacia adelante, el negocio tendrá que ver con la venta de carne, fundamentalmente para exportación (se paga un piso de seis dólares el kilo).
Cómo iniciarse
Según Alejandro Ibars, de la Asociación de Productores de Rhea Americana del Centro del País (Apracp) para que un criadero sea rentable con la venta de carne debería tener unas 40 madres. Según sus cálculos, el costo para iniciarse en esta actividad es de unos 74 mil pesos (ver detalle), sin contar con el campo y las herramientas. De todos modos, se puede comenzar con una escala menor para luego ir creciendo.
Además de la compra de reproductores adultos, el mayor costo es el de alambrar el campo. Esto es primordial ya que debe ser realizado con tejido olímpico para evitar que salgan o entren animales al campo.
Además de la inversión inicial, hay que calcular el costo de alimentación por temporada, que supera los 55 mil pesos, donde se combina el balanceado, más las pasturas.
En el tema de rentabilidad, hay que calcular que el costo de producción hasta la edad de faena ronda los 92 pesos, mientras que por la venta de la carne, las plumas, el cuero y la grasa se pueden obtener unos 250 pesos.
Con el tamaño de criadero previsto, se estima una producción de 540 animales para faenar y 60 reproductores por temporada. Calculando un precio de venta de 250 y 350 pesos, respectivamente, los ingresos anuales superaría los 155 mil pesos.
Con todo esto se evidencia que, si bien se trata de una inversión importante los rendimientos son interesantes. Pero, hay que tener en cuenta que la obtención de ingresos por venta de carne puede demorar porque todavía no hay en el país un volumen adecuado para satisfacer en forma ininterrumpida la demanda.
Fuente Diario La Voz del Interior