La pérdida importante de competitividad generada por el incremento de costos y acompañada por una no adecuación en la relación peso-dólar es algo que viene aquejando al sector vitivinícola. "En los últimos 12 meses móviles el dólar ha tenido una adecuación del 20% más o menos en la paridad cambiaria con respecto al peso". "Este tema no es nuevo, comenzó afectando a los vinos de mayor valor agregado y en menor medida a
los graneles", expresó el Gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina. Hoy la situación es la misma para todos y esto no va a cambiar si los determinantes de estas circunstancias no cambian (incremento de costos y la adecuación peso dólar)".
De acuerdo a un informe de Caucasia Wine Thinking, hasta septiembre se vendió 4,4%menos en valor y 18,9% menos en volumen de todos los productos vínicos que se exportan.
El economista Jorge Day ,de Fundación Mediterránea, explicó que la fuerte caída del granel es un problema de Estados Unidos, no de Argentina. "El año pasado ese país compró mucho vino a granel no solo argentino sino de otros países. Este año cayó esa demanda". Compartiendo postura, Pina agregó que "hace 3 años había una muy buena demanda en granel y botella y eso permitía que la cadena funcionara, hoy eso se ha detenido, seguimos manteniendo con gran esfuerzo el mercado interno pero no hay crecimiento, eso ha generado una situación no deseada de precio de uva y de mosto".
Nuestro país es competitivo vendiendo cajas cuyo valor FOB es de U$S30- U$S35 en adelante pero esa es la parte media de la pirámide. La base, que es la de mayor volumen se ha visto resentida por pérdida de competitividad. Para el Gerente de Bodegas de Argentina, el entry level se encuentre entre los U$S20 y U$S30, que le permite a un país acceder a determinado mercado. "Hay muchas bodegas que operan en esos precios y hoy no están al alcance nuestro. No es una situación que se vaya a revertir en los próximos meses ni que se modifique en el próximo año", argumentó Pina.
Con miras hacia el futuro
El Jefe de Enología de Catena Zapata, Alejandro Vigil, destacó que hay que apelar a la creatividad, mejorar la eficiencia y la tecnificación como herramientas válidas para mejorar la situación.
Para Juan Carlos Pina, habría que revisar todos los aspectos de la cadena y modificarla para lograr que sea más eficiente, "por supuesto que hay aspectos externos, macroeconómicos que inciden en esto y no se pueden manejar. Desde Bodegas de Argentina nos encontramos muy preocupados porque esto afecta a las pequeñas y medianas bodegas ya que las grandes tienen un componente importante de venta en el mercado interno".
Por otro lado, la caída en las exportaciones forzó a las bodegas a volcarse al mercado interno, dónde por la saturación de oferta se hace muy complicado comercializar los vinos. Jorge Day comentó al respecto, "a principios del 2000 se dio el boom exportador porque había problemas para vender en el mercado interno, las bodegas comenzaron a exportar, ahora se ha dado vuelta la situación. No es fácil el mercado interno, ha habido un aumento leve en el consumo pero no es suficiente y se notará la fuerte competencia entre las bodegas. Ante esta situación las bodegas deberían analizar cómo colocar el precio de manera que le atraiga a la gente sin arriesgar".
De acuerdo a lo manifestado por el Presidente de Bodegas de Argentina, Juan José Canay en una columna de opinión para Diario Los Andes, destacó que el consumo interno continuó su declive hasta llegar a los 25 litros actuales, la exportación compensó esa caída y muchas pequeñas y medianas bodegas se lanzaron hacia nuevos mercados. Este círculo comienza a detenerse a fines de 2010 y los problemas se acentúan en los años siguientes. Canay, además explicó que las bodegas ante este panorama tratan de colocar su producción en un mercado interno saturado y afectado por controles de precios.
Alfredo Aciar, economista de la Fundación IDEAL, destacó que, "evidentemente, el consumo per cápita de vino en nuestro país, muestra una tendencia decreciente, más allá de los esfuerzos promocionales que se están realizando a través de la COVIAR. Por tanto, esa no es la salida para proyectar un crecimiento de la industria. En mi opinión y hasta que se recupere la política macroeconómica, intentaría destinar mayor cantidad de recursos para promover las exportaciones en forma directa (subsidiando)".
Consultado sobre el mercado interno, Alejandro Vigil, aseguró que está consolidado hace años, "es un desafío para nosotros captar nuevos consumidores y esto se basa en la innovación y en el poder de comunicación. Los pasos que estamos dando en cuanto a la identidad geográfica permitirán establecernos tanto en el mercado interno como externo, como productores de vino de altísima calidad y ser reconocidos como marca". Vigil además agregó que hoy más que nunca es necesario comunicar de forma concisa para no confundir a los viejos y nuevos mercados.
Desde la bodega Flichman comentaron que a corto plazo no esperan grandes cambios pero que tienen grandes expectativas de crecimiento para 2014. La estrategia de este establecimiento para paliar la caída de las exportaciones será seguir trabajando con el foco puesto en las gamas Premium, desarrollando los mercados con mayor potencial y oportunidad en estos segmentos. Ante la caída de las exportaciones, resaltaron que, "esperamos continuar con la tendencia de crecimiento moderado, especialmente en los precios promedio. Somos optimistas con respecto al futuro. Creemos que hay que ser más cautos, eficientes con los costos y continuar con actitud innovadora, explotando la creatividad al máximo".
Por su parte Guillermo Barzi, Presidente de Humberto Canale, expresó que "en Asia , Norteamérica la demanda sigue bien, en Europa viene más lento . Estimo que en volumen se mantendrán los mismo valores del año pasado (vino fraccionado en botella), con menor rentabilidad por el tipo de cambio vs el crecimiento de los costos internos". Por Claudia Ortiz. Fuente: Área del Vino