Tras más de una década, la Argentina vuelve a exportar chips de eucaliptus, y lo hace a través de Puerto Quequén. El buque panameño Anémona, albergó en sus bodegas 40.000 toneladas de astillas que tendrán como destino a Noruega. El navío operó en el giro 1 de carga directa sobre la margen de Quequén y el flujo de camiones desde la planta de procesamiento y acopio, se caracterizó por su continuidad.
Con esta operatoria, tras más de una década de ausencia, la Argentina volvió a exportar chips de eucaliptus, y lo hizo a través de Puerto Quequén.
“El puerto es excelente para maniobrar. El acceso es directo y en pocos instantes pasamos del mar abierto al muelle. Estamos my contentos de recalar aquí”, dijo a Transport & Cargo Eduardo P. Castrense, capitán del buque. La nave, de 199,99 metros de eslora, 32, 20 de manga y 18,50 de puntal, procedía del puerto de Skaw, Dinamarca e ingresó en lastre con 22 tripulantes.
El presidente del Consorcio de Gestión Puerto Quequén (CGPQ), José Luis De Gregorio firmará un convenio con las empresas Maderas del Sudeste S.A. y Marionette S.A., que son las que impulsan este emprendimiento, y que asumirán el compromiso de forestar el perímetro de la estación marítima con especies que determinará el CGPQ. Esto lo hará en contraprestación por la determinación adoptada por el Directorio del ente autónomo, que decidió eximir del pago del servicio a las cargas a la exportación de chips.
“Trajimos máquinas de última generación de Estados Unidos con una inversión de u$s 5 millones. Como hombre de Necochea es un orgullo haber colaborado para traer esta actividad a la zona, y quiero agradecer a las empresas por su decisión de invertir, aún en un momento difícil de la celulosa”, señaló Carlos Jacobsen, por la empresa chipeadora.
El directivo también expresó su gratitud a José Luis De Gregorio, al secretario general del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) Jose María Camiña, a transportistas, y empresas de servicio.
Con previsibilidad
Jorge A. Brisighelli, fundador y presidente de Brisamar SA, también es miembro del directorio del Consorcio de Gestión Puerto Quequén (CGPQ), en representación de los armadores. Su visión abarca la óptica del usuario y del Consorcio.
“Es un orgullo para mí representar a una institución más que centenaria y del prestigio del Centro de Navegación en el CGPQ”, dijo Brisighelli.
Para el titular de Brisamar, el punto fundamental a destacar es que “el puerto es más previsible, porque tenemos la obra de la escollera, y un eficiente sistema de dragado. Antes, se esperaba el problema de calado para salir a buscar la solución, pero ahora nos adelantamos a los acontecimientos y dragamos con anticipación”.
Con estos parámetros, Jorge Brisighelli ratificó que hoy en su empresa se animan a firmar contratos con varios meses de anticipación.
“Cerramos acuerdos en donde le garantizamos al buque 43 pies porque sabemos que se podrá cumplir con lo pactado. Antes, para salir en 40pies se complicaba, había que esperar a veces hasta dos días. El puerto funciona mucho mejor. La situación cambió de forma notable y va a cambiar aún más, con la obra de la escollera complementada con el dragado”. El Cronista