La Argentina es el primer productor y exportador mundial de limones en contraestación. El cítrico local se cosecha en el período que va desde marzo hasta agosto, cuando en los países del hemisferio norte se acaban los stocks y disminuye la oferta, y aprovechando esa ventaja geográfica, muchas empresas argentinas se hacen fuertes en Europa.
Es el caso de Latin Lemon, una empacadora de limones formada por productores tucumanos que desde hace tres años exporta toda su producción al viejo continente, y que la semana pasada estuvo presente en la feria “Fruit Attraction”, en Madrid, junto a 27.000 participantes profesionales, a la búsqueda de nuevas oportunidades. Allí, su titular Pedro Omodeo, conversó con Clarín Rural .
Según explicó el empresario, el limón argentino entra al mercado europeo cuando se acaban los limones españoles y aún no fueron cosechados los turcos. Esa ventana de tiempo se puede llegar a extender entre mayo y septiembre. “Este año, como España tuvo mucha producción, la ventana se achicó, pero en los meses de junio y julio prácticamente abastecimos a todo el mercado”, detalló.
Argentina exportó este año unas 250.000 toneladas de limón, cerca del 20% de la producción total, y el 85% de lo exportado está certificado por el sello de calidad de All Lemon, iniciativa de una empresa que reúne a doce firmas del norte argentino, entre ellas Latin Lemon, y que también estuvo presente en la feria madrileña.
“Los limones se seleccionan por tamaño y calidad y se destinan de acuerdo a estos parámetros a diferentes mercados. El viaje en barco demora entre 20 y 40 días. El limón argentino puede durar, en buenas condiciones, unos 90 días”, contó Omodeo.
Uno de los socios de Latin Lemon en España es la empacadora Frutas Apemar. María Dolores Pelegrín, su representante, explicó a este diario, en los pasillos de la feria, que este modelo de negocios es muy común allí. “Cuando se termina nuestro limón comenzamos la campaña de limón argentino para cubrir la demanda. Le vendemos prácticamente a toda Europa. El limón argentino es mejor que el español”, afirmó.
La exportación argentina, según Omodeo, tiene dos problemas: “Por un lado, la falta de competitividad de los costos argentinos con respecto a los europeos y, por otro, la recesión europea, que hace que el precio baje; el valor final en Europa oscila en 0,65 euros por kilo”, detalló. Por eso, para su empresa es también muy importante el desarrollo de nuevos mercados, como el asiático y el norteamericano.
El caso del limón sirve como muestra para ilustrar la realidad de muchas producciones regionales argentinas que tienen problemas y oportunidades similares. Así lo indicó Oscar Martin, presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), entidad que reúne al 65% de las exportaciones argentinas de frutas de pepita, quien también estuvo presente aquí, en Madrid.
“Actualmente tenemos problemas de competitividad por tipo de cambio. Los costos aumentan y es momento de plantear algunos temas irresueltos”, remarcó. Y agregó: “Históricamente, el Mercosur era proveedor, pero hoy también somos clientes. Por eso, estamos planteando eliminar los aranceles de intercambio recíproco y corregir asimetrías que dificultan el comercio, como por ejemplo el reempaque de frutas, el repaletizado por las diferentes normas de transporte y todas las cuestiones que encarecen la logística. Estimamos que entre 15 y 20 millones de dólares se pierden por el pago de aranceles de exportación”.
Según Miguel Angel Giacinti, especialista en mercados frutihortícolas y otro argentino que estuvo presente en Fruit Attraction, Argentina tiene ventajas comparativas en algunas de sus producciones regionales, como en las peras y limones, en las que el país es el principal exportador mundial, pero no por esto están exentas de problemas económicos. “Cuando se analizan las ventajas competitivas, uno ve que incluso esos productos tienen problemas de competitividad internacional. Las cuestiones logísticas generan gastos mucho mayores que lo que se pierde por retenciones”, ilustró.
Está claro que, cuando se trata de vender fruta, las realidades son muy diversas para cada región y producto, pero las oportunidades existen para quienes salen a buscarlas. Madrid, la semana pasada, así lo demostró. Clarín Rural