La falta de una política de Estado en materia de Comercio Exterior, está a la cabeza de las preocupaciones de exportadores e importadores de Mendoza. No pueden concebir, por un lado, que para vender en el exterior haya que pagar un impuesto y por otro, que no se pueda acceder (vía importaciones) a tecnología o insumos necesarios para poder completar productos (algunos de los cuales son luego exportados).
“Es inconcebible porque son condiciones expresamente contempladas en las normas de la Organización Mundial del Comercio para favorecer el flujo comercial internacional; porque la interrelación comercial posibilita el desarrollo”, señala Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo (CCECuyo).
Según la lectura del dirigente, que dialogó con FINCAS, esa ausencia de política para el sector se manifiesta asimismo en otro factor que atenta contra las posibilidades de expansión del comercio de Argentina con el mundo, como es “la falta de cumplimiento de nuestro país con los compromisos asumidos”. Recuerda que “Argentina, sobre todo en los últimos tiempos, tiene algunas falencias en ese sentido, y toma medidas que (si bien desde el Gobierno son negadas) pueden traer consecuencias negativas para el Comercio Exterior en general”.
A eso le agrega el problema de la inflación, que influye en los costos y “el retraso del tipo de cambio”; y “se está llegando a límites donde las empresas, más que perder rentabilidad, están ante el riesgo de comenzar a trabajar a pérdida”. Por otra parte, “fallan los sistemas administrativos en cuanto a los reintegros a la exportación”; por lo que “es notorio que hace falta una política de Estado para las exportaciones y para las importaciones”.
Seriedad y continuidad
Sobre las restricciones a las compras en el exterior, Bustos Carra recuerda que “el comercio, como negocio que es, tiene dos puntas; y siempre las dos puntas tienen que beneficiarse”. Advierte que “el importador también hace su aporte al comercio de nuestro país y lo hace legalmente; como lo hace el exportador. Entonces, si no se instrumenta una política en serio, que sea respetada a través del tiempo, no creo que tengamos una solución a corto plazo”.
El gerente de la CCECuyo pone como ejemplo el caso de Chile (“que lo ponemos como ejemplo todos pero nadie lo copia”, dice) “que empezó con su política de Comercio Exterior en la época de un dictador y la continuó; lo cual significa que tomaron lo bueno de esa época y lo malo lo han dejado al costado. Por eso avanzan, y tienen un nivel de exportaciones relativamente cercano al de Argentina”. Reclama entonces, “coherencia, continuidad, y apoyo irrestricto que les brinda el Estado a quienes comercian con el exterior”.
Aumento de costos
Los mayores aumentos, que impactan en los costos de quienes operan en Comercio Exterior, se dan en las tarifas del transporte de cargas, potenciado por la condición de provincia mediterránea de Mendoza. Por un lado, por los incrementos en el precio los combustibles; pero también “por el avance del gremio de los Camioneros para captar a los choferes de camiones (el medio por el que se transporta la mayor parte de las mercaderías en el país)”.
Esto, independientemente del costo de los insumos, que también han ido acompañando este proceso.
A eso, agrega la incertidumbre sobre las negociaciones laborales “porque si bien desde el Gobierno se niega este proceso inflacionario, hay una realidad que tiene que ser contemplada”.
Bustos Carra es terminante al afirmar que “este modelo que se dice incluyente, para nosotros es excluyente, porque el castigo (de la inflación) recae sobre el que tiene menos posibilidades, y sobre las empresas, que son el motor de esta economía”.
Por otro lado, “vemos que las inversiones en infraestructura puestas al servicio de la producción y el comercio (sobre todo caminos y telecomunicaciones) no son tan importantes como lo sugiere la propaganda oficial y como sería esperable después de los años de viento a favor que hemos tenido, por los altos valores que alcanzaron los commodities de la Pampa Húmeda”.
Apunta en ese sentido que “en Mendoza, sin ir más lejos, hay muchas rutas alternativas que podrían ser aprovechadas, pero no están en condiciones; además, volvió a interrumpirse el suministro de gas y han tenido que parar industrias”.
Pero reflexiona que “todo esto se puede resolver si se traza un plan” que contemple “garantizar las inversiones (que no deben ser digitadas desde el Gobierno) para que sean exitosas y puedan crear empleo”. Diario Los Andes