El comercio exterior argentino no quedó ajeno a los coletazos de la crisis internacional. Tras siete años de aumento sostenido, 2009 rompió la tendencia. Las proyecciones indican que las exportaciones caerán un 20 por ciento, mientras las importaciones lo harán entre un 30 y 35 por ciento.
Así, el superávit es cada vez mayor. Según el Indec, el primer semestre arrojó una balanza comercial positiva de US$ 9861 millones, un aumento del 93 por ciento con respecto a igual período de 2008. "A la luz de la balanza comercial, las cifras parecen positivas. Pero son producto de haber cerrado las importaciones, y no de estimular las exportaciones", resume José Luis Espert, director de Espert & Asociados.
En el pasado semestre, las exportaciones cayeron un 19 por ciento, mientras las impo lo hicieron en un 38, comparado con el mismo lapso del año pasado.
"Las restricciones que pone el Gobierno se convierten casi en una importación administrada. Esto, sumado a la desaceleración de la actividad económica, de la inversión y la liquidación de stocks, hace que este año termine con un superávit comercial que no era pensado, mayor al del año pasado", vaticina Dante Sica, economista Jefe de la consultora abeceb.com.
Importar no importa
Las licencias no automáticas, aplicadas como herramienta para limitar o demorar las importaciones, se extienden, cada vez, a más productos. Empezaron en 2004 y ya hay 18 sectores (unas 400 posiciones arancelarias) alcanzados por estas medidas. Entre otros, juguetes, calzados, bicicletas, neumáticos, y textiles. Sin embargo, el personal administrativo del Estado no creció al mismo nivel, de manera que el trámite tarda cada vez más. Muchos importadores que pedían su licencia mientras la mercadería estaba en viaje esperan, ahora, tener otorgado el permiso para no tener que costear un depósito una vez en la Argentina. Además, los obliga a proyectar su negocio con más anticipación, sobre todo, si son cargas para una determinada temporada, como el Día del Niño, de la Madre, o Navidad.
"Si bien todos hablan de las restricciones, los productos que no requieren de licencias cayeron mucho más y eso debería preocuparnos, porque son los que van a la producción", dispara Diego Pérez Santisteban, vicepresidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina.
Los productos alcanzados por las licencias no automáticas son casi el 20 por ciento de las importaciones totales, y éstos cayeron poco menos del 30 por ciento. Sin embargo, el 80 por ciento restante - maquinarias, equipos, materias primas y bienes intermedios que van a la producción y la industria- retrocedieron casi el 50 por ciento debido a un desplome del consumo, la producción y la inversión. Según la Cámara de Importadores, a julio, la caída interanual de importaciones es del 40 por ciento. Con suerte, podrían repuntar para alcanzar, a fin de año, una baja final del 35 por ciento respecto de 2008.
Debido a las licencias no automáticas, las empresas se encuentran con dificultad de importar piezas y accesorios para bienes de capital. Un ejemplo es el de los neumáticos: en el primer semestre, las compras al exterior bajaron un 57,5 por ciento en volumen por la aplicación de licencias no automáticas destinadas a proteger a la industria local. Apertura