La Argentina es reconocida en el mundo por su exquisita carne de vaca. Pero el país exporta otras carnes por cerca de 100 millones de dólares al año. Y entre esas ventas sobresalen las de carne de caballo y de liebre, que aquí no se consumen demasiado, pero son muy demandadas por varios países europeos. El año pasado cobraron fuerza además las ventas de otras dos especies atípicas en la dieta nacional: los conejos y los caracoles. En conjunto, estas exportaciones crecieron en volumen un 15% en promedio durante el 2002. Según datos de la Secretaría de Agricultura y el SENASA, durante el 2002 se exportó carne de caballo, de liebre, de conejo, de pollo, de cerdo, de oveja y hasta de caracol por 91,5 millones de dólares. No es una cifra menor si se tiene en cuenta que las ventas de carne vacuna totalizaron 480 millones de dólares. Es decir que, en el país de los bifes, los embarques de carnes alternativas representan un 20% de sus envíos más tradicionales.
De los 91 millones de exportaciones, más del 50% (46,7 millones) correspondieron a carne equina. En el país, por razones culturales, el consumo de carne de caballo no es común, salvo en algunas zonas de la Patagonia. Sin embargo, el año pasado se mandaron a faena más de 200 mil animales, de los cuales se obtuvieron 34.500 toneladas de carne. Los caballos que van al matadero son viejos o no se utilizan en las tareas del campo.
Un error común es creer que esa carne es importada por países europeos para la elaboración de fiambres como la mortadela. Fuentes oficiales aclararon que la mayor parte de las exportaciones se consumen en fresco, ya que en Europa se hizo común el caballo para evitar la hambruna que provocaron las dos grandes guerras. Del tonelaje exportado en 2002, el 36% fue a Rusia, el 27% a Holanda, el 14% a Francia, el 8% a Bélgica y el 8% a Japón.
Pese a que los precios internacionales de esta carne mostraron el año pasado una caída cercana al 35%, la exportación de carne de caballo no parece ser un mal negocio: el precio promedio de esos embarques fue de 1.280 dólares por tonelada, cuando los frigoríficos que exportan carne vacuna lograron, también en promedio, 1.340 dólares en el mismo año.
La tercera carne en importancia, según su valor de exportación, es la de pollo, con 44.684 toneladas valuadas en poco más de 28 millones de dólares. En este sector se notó un fuerte repunte exportador favorecido por la devaluación y el freno que el Gobierno impuso en 2000 al ingreso de aves brasileñas. Las ventas al exterior crecieron más del 160% en volumen. Los principales destinos: Alemania, Sudáfrica, Holanda, Rusia y el Congo.
Por su valor, aparecen después las exportaciones de liebres, que el año pasado sumaron 4.688 toneladas y 12 millones de dólares. Las liebres son consideradas una plaga para la agricultura, y por eso el Gobierno habilita su caza comercial entre mayo y julio de cada año. Se capturan unos 2,5 millones de ejemplares y se colocan en Europa a un precio nada despreciable: unos 4.000 dólares por tonelada.
Los envíos de otras carnes son sustancialmente menores. Con 2,9 millones de dólares durante 2002, las ventas de corderitos patagónicos repuntaron luego de la crisis que vivió el sector ovino durante los ''90, y las exportaciones crecieron en 500.000 dólares. Pero queda mucho por hacer, ya que la Argentina tiene una cuota para colocar 23.000 toneladas en la Unión Europea sin aranceles, que cubre en una ínfima fracción. España, Gran Bretaña e Israel se llevan la mayor parte.
En el 2002, la Argentina vendió 124 toneladas de carne de conejo, por casi medio millón de dólares. El dato es significativo, tras 7 años de parate de las exportaciones. En el país, una ley declara a la carne de conejo como "de interés nacional", porque es muy saludable. Pese a esto el consumo interno se calcula en sólo 60 gramos anuales por habitante, lejos de los 15 kilos por año que comen en Nápoles, famosa por ser la mayor consumidora de esta carne.
El año pasado también se exportaron 1.126 toneladas de productos derivados del cerdo, aunque el grueso fueron grasas y aceites para Bolivia. Estas escasas ventas, por 695.000 dólares, reflejan la pobre performance de la producción de cerdos a nivel local, que durante años —como los avícolas— soportó la fuerte competencia de Brasil. La de cerdo es la carne más consumida a nivel mundial.
Finalmente, durante 2002 la Argentina exportó 33 toneladas de caracoles vivos a España, por 69.000 dólares, es decir, a poco más de 2 dólares por kilo. En sintonía, el año pasado se habilitó una planta para el acopio y comercialización de esta especie en Saladillo, que se sumó a otras que ya existían en Necochea y en Entre Ríos.
También se producen algunas otras carnes consideradas exóticas, como ciervo, jabalí y nutrias, pero según los registros oficiales, no se exportaron en el 2002. Parece más cercana la posibilidad de que se exporte carne de ñandú, ya que en las últimas semanas se habilitó un frigorífico específico en Río Cuarto, Córdoba, que espera cerrar negocios este año por hasta 200 mil dólares mensuales. No será tarea sencilla porque habrá que reunir 200 aves por día para la faena, pero el precio ayuda: por cada kilo de carne de ñandú se pagan afuera 12 dólares.
Fuente: Diario Clarín