El titular de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (CACEC), Ercole Felippa, dijo que muchos empresarios también son responsables de que las exportaciones no crezcan a mayor ritmo, ya que no invierten en tecnología y capacitación. De todos modos, considera que la Nación debería plantearse políticas de largo plazo, mejorar la infraestructura y descentralizar el esquema impositivo. La caída de la convertibilidad en 2002 representó para la Argentina el ingreso a una de las crisis más grandes de su historia, de la que sin embargo salió con una sorprendente rapidez. Uno de los factores que influyó fue el crecimiento exponencial de las exportaciones, producto del tipo de cambio favorable para los mercados externos.
No obstante, desde hace varios meses se vienen escuchando voces de alarma que hablan sobre la posibilidad de que comiencen a frenarse las ventas al exterior como consecuencia, esencialmente, de las políticas restrictivas impuestas por el poder central a sectores como los granos, las carnes y los lácteos.
En este contexto, para el presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (CACEC), Ercole Felippa, las empresas también tienen un alto grado de responsabilidad en esta situación, ya que no están invirtiendo en tecnología y capacitación, dos cuestiones fundamentales para fortalecer los procesos exportadores.
“Las propias empresas tendrían que tener una visión empresaria para exportar, lo que implica, por ejemplo, incorporar tecnología o contar con un plantel de recursos humanos altamente capacitado”, comentó. Cabe subrayar que el directivo no sólo se refiere a las grandes firmas, sino también a las Pequeñas y Medianas Empresas (pymes), a las que considera que les falta cultura exportadora y que por ello no logran mantenerse en el mercado internacional.
“Muchas pymes comenzaron a exportar sólo porque las condiciones del tipo de cambio eran favorables y no por una decisión orgánica de internacionalizar la empresa. Lo que hay que buscar es que no decidan exportar sólo para ganar dinero y por cuestiones coyunturales, sino como una verdadera política de desarrollo y crecimiento”, señaló.
De todos modos, reconoció que el Estado tiene falencias y pone trabas que complican el avance de la actividad. “Para que las empresas inviertan en tecnología hace falta un sistema financiero adecuado que permita acceder a créditos con una tasa baja. Asimismo, hay pymes que no siguen exportando porque hay cuestiones operativas que se lo impiden”, sostuvo. Sobre esto, adelantó que desde la Federación Argentina de Cámaras de Exportadores (Fecacera) están impulsando un proyecto para que se puedan digitalizar los procesos de exportación e importación, y de ese modo facilitarles los trámites a las firmas de menor envergadura.
Menos competitividad
A la hora de analizar los motivos de una desaceleración de las exportaciones argentinas, Felippa afirmó que se debe principalmente a la pérdida de competitividad que está sufriendo el país. “Si uno analiza los números del comercio exterior argentino, evidentemente son inobjetables desde el punto de vista del movimiento expansivo y el crecimiento que tuvo en los últimos años. Sin embargo, lo que hay que observar con atención es si esto ocurrió por las políticas propias o por las oportunidades que brinda el mundo, y al poner ambas cosas en la balanza, uno nota que es concretamente por esto último”, manifestó.
Asimismo, indicó que “si en lugar de comparar año con año, nosotros comparamos nuestras cifras de comercio exterior con otros países de América latina, Argentina no es el país que más creció. Teniendo en cuenta este escenario extremadamente favorable, habría que ir pensando políticas para cuando las condiciones externas no sean tan beneficiosas. Hoy en día el país está perdiendo competitividad”.
En este marco, enumeró una serie de puntos estratégicos o “deberes” que el Estado debería realizar para recuperar dicha competitividad. En primer lugar, mencionó la necesidad de un modelo económico de largo plazo como el que puso en marcha Brasil luego de la devaluación de 1999, que le permitió una fuerte inserción internacional de sus empresas. Dicho plan debería apuntar a fortalecer las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI), que hoy alcanzan al 37 por ciento del total de las ventas, contra un 63 por ciento que representan las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) y los productos de origen primario.
En segundo término, mencionó que es imperioso mejorar la infraestructura tanto vial como energética.“Tenemos la misma infraestructura de hace 30 años, pero con el doble de población. Las rutas están colapsadas, las redes primarias y secundarias destruidas, falta energía y gas natural, todo esto hay que mejorarlo”, dijo. Finalmente, remarcó que hace falta modificar el esquema impositivo debido a que es muy centralizado, lo que produce que el dinero que aporta el interior no se distribuya de forma equitativa.
Con respecto a la situación de la provincia de Córdoba en particular, aseguró que tiene grandes chances de continuar creciendo a raíz de su enorme perfil productivo. “Tenemos un altísimo grado de desarrollo de la industria agroalimentaria y también estamos muy bien en lo referido a la metalmecánica. A esto habría que agregarle el tema turismo y el sector tecnológico, dos cuestiones más incipientes a las que hay que apoyar”, concluyó. La Mañana de Córdoba