Varios haras cordobeses se vienen sumando con fuerza a las exportaciones de caballos de polo, de salto y de furia que se están realizando -de manera cada vez más significativa- a Europa, Estados Unidos y principados árabes. Cada día, sale del país un avión con al menos 24 animales, cuyos precios varían entre los 20 mil y los cien mil dólares. Los valores más bajos multiplican casi por 10 lo que es considerado un “buen” precio interno. Desde siempre los caballos argentinos estuvieron muy bien cotizados en el mundo, pero desde la salida de la Convertibilidad esa tradición se consolidó y las ventas crecieron significativamente. En ese marco se fueron sumando a la tendencia varios haras cordobeses, algunos operando directamente con el exterior y otros através de intermediarios que concentran la oferta en la ciudad de Buenos Aires.
“Todos, de una u otra manera, estamos apuntando a vender afuera. Es una interesante oportunidad de crecimiento y, además, los precios van escalando ya que está comprobándose la excelente calidad de los animales argentinos”, desliza ante este diario un criador de caballos de Villa María, que espera poder concretar sus primeros embarques directos en pocos meses más.
Las exportaciones anuales de caballos sumaron, el año pasado, alrededor de 2.200 millones de dólares, lo que marca un crecimiento más que importante en relación al 2003, cuando se cerraron operaciones por 1.600 millones de dólares.
En lo que hace a la crianza de equinos deportivos, en especial sangre pura de carrera, Argentina es el tercer productor mundial de esta raza, con alrededor de ocho mil potrillos registrados por año. En el país existen 1.200 haras, de los cuales 160 se encuentran en la provincia de Córdoba.
Para tener una idea de la relación entre los precios que se pagan en el exterior y en el mercado interno, en un remate importante realizado en el Jockey Club Córdoba un caballo se pagó 2.500 dólares, cifra que puede multiplicarse por 10 en un envío a Europa o a Estados Unidos.
Un criador de experiencia relató a este diario que llegan a la Argentina grupos de árabes o europeos con sus propios veterinarios: “Vienen a probar los animales. En un par de días pueden probar 70 u 80 caballos. Y, si les gustan, no hacen demasiado problema por los precios. Es que, en comparación, siempre les salen más barato que criarlos y adiestrarlos en sus países”.
Por ejemplo, criar un caballo en Europa tiene un costo promedio mensual de 1.500 euros. Para que el animal esté en plena forma para competir se necesitan unos ocho años, lo que equivale a unos 145 mil euros. “Por esa cifra se llevan animales de primera”, resume el propietario de un haras cordobés que hace varios años vende caballos de polo a Qatar.
La carencia de praderas es un costo extra para los europeos. Los expertos apuntan que mientras un criador en Europa tiene unas 15 yeguas de muy buen pedigree, en la Argentina el promedio suele ser de doscientos animales.
Mientras que Venezuela se ha sumado a la demanda de caballos de furia y de salto en los últimos tiempos, los principados árabes son los principales compradores de ejemplares de polo, llamados petisos. Tienen fama internacional por su calidad, velocidad y resistencia. Uno perteneciente al jugador Adolfo Cambiasso se vendió hace poco a 70 mil dólares.
En el país actualmente hay unas 300 cabañas de animales con pedigree que trabajan con técnicas de transplante embrionario e inseminación artificial para la mejora genética de sus ejemplares, algo que en la ganadería vacuna se viene haciendo desde hace décadas. Esto disparó las cotizaciones de los reproductores.
“Igual las cifras que se manejan acá son un chiste en relación a Europa, donde se pueden pagar hasta tres millones de euros por un animal”, admitió un criador.
Por Gabriela Origlia. Diario La Mañana de Córdoba