Las carnes no tradicionales como conejo, ñandú, búfalo y codorniz van ganando nuevos consumidores, especialmente en Europa, y se están convirtiendo en buenas alternativas de producción orientadas fundamentalmente a la exportación. La Argentina parece tener grandes posibilidades para desarrollar la producción de ñandúes aunque todavía, según los involucrados con la actividad, falta volumen, mejorar la producción, calidad, capacitación, estímulo estatal e información confiable de mercados potenciales.
Todavía no se exporta porque faltan las cantidades suficientes que demandan los mercados, pero ya se abastece al mercado interno.
En el país, se contabilizan más de 60 criaderos en actividad con más de 6.000 ejemplares en criaderos, y la posibilidad de quintuplicar esa cantidad durante la presente temporada de postura.
La producción de ñandú todavía debe mejorar aspectos sanitarios y de manejo; también urge un reordenamiento legal en lo que respecta a los entes de control y a las condiciones para la habilitación de frigoríficos.
Hoteles y restaurantes con cocina internacional van incorporando exquisitos platos, jamones ahumados y otros fiambres elaborados a partir de la carne de ñandú, que es magra, baja en colesterol y con alto contenido proteico, omega 3 y hierro.
El kilo de esta carne se cotiza entre 25 y 30 pesos, para el mercado mayorista.
También se comercializan los huevos, las plumas y recientemente, se investiga el aceite para cosmética y alimentación.
Pero entre los derivados, el cuero es uno de los más valorados del mercado marroquinero, ideal para la confección de artículos de lujo por ser suave, resistente a la humedad y a las rajaduras. Diario de Cuyo