El presidente de John Deere Argentina, Aldo Torriglia, vaticinó un aumento de la demanda de maquinaria agrícola a nivel mundial y opinó que la industria local debe aumentar su participación exportadora para evitar el comportamiento cíclico de la actividad. En ese sentido, advirtió que pese al salto en las ventas al exterior que significará la demanda del mercado venezolano para un conjunto de fábricas nacionales “ese contrato es el negocio de un año”, mientras que hace falta una estrategia de largo plazo “para ganar mercados en el exterior”. El directivo de la mayor fabricante mundial de tractores y cosechadoras insistió en que “hace falta exportar pero no sólo con contratos que hacen los gobiernos”.
Torriglia recordó que el mercado de maquinaria agrícola es muy sensible a los ciclos del sector agropecuario y exhibió gráficos que mostraban cómo en los últimos tiempos se sucedieron “tres años buenos, cuatro años malos y ahora estamos transitando cuatro años buenos”.
El remedio contra esa volatilidad, sugirió, es la exportación. Sobre todo en un mercado mundial que crece con el aumento de la demanda de alimentos, el cambio de dieta en los países en desarrollo y los biocombustibles. Esta demanda, indicó, viene acompañada por una renovada oferta tecnológica en la cual “la cosechadora ya no sólo cosecha granos sino también información”. La agricultura de precisión, la electrónica incluida en los modernos sistemas de monitoreo de rendimiento, mapeo, banderilleros satelitales y pilotos automáticos, convierten a estas máquinas en artefactos “similares a los aviones, donde el piloto sólo conduce manualmente en el aterrizaje y el despegue y el resto del tiempo se concentra en cómo trabaja la máquina”.
Sobre lo que viene, mencionó a los sistemas de información geográfica y una nueva generación de motores para racionalizar el uso de combustible y controlar emisiones. “Hay grandes avances en tecnología agropecuaria, pero para incorporar estos cambios la agricultura debe ser rentable”, disparó.
Víctor Trucco, presidente honorario de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) puso la pica en Flandes al cuestionar los “mitos” ecológicos y económicos sobre el cultivo de soja y la ampliación de la frontera agropecuaria. Defendió, en ese sentido, a la biotecnología y el desmonte racional “lo que no quiere decir ser cómplice de los pícaros que hacen mal las cosas”.
También mencionó como un mito la relación entre avance del cultivo de soja y la concentración de la propiedad agropecuaria “Hay quien quiere hacer creer que el récord de producción de soja es consecuencia a un récord de hambre, pero ¿acaso quieren decir que si no se plantara soja no habría hambre?”, opinó. Diario La Capital de Rosario