Por repetitivo y por concientización, el discurso sobre la gestión de calidad en las pequeñas y medianas empresas (Pyme) lácteas sigue ganando terreno, lo que significa su traducción en capacitación y la implementación de normas para incorporar en las fábricas-tambo el nivel de competitividad que exige el mercado. Ésta fue una de las razones que impulsó, en 2003, el nacimiento de Pyme Lácteas de Córdoba (Pylacor), con epicentro en la cuenca lechera de Villa María. En la actualidad, varias de las empresas familiares que integran la asociación participan del proyecto de Sistemas de Gestión de la Calidad en Pequeñas Industrias Lácteas (Sigecal), con el respaldo del Inta Villa María.
A su vez, ocho de esas firmas se agrupar en un consorcio, cuyo objetivo es comenzar a exportar quesos de calidad a partir del año próximo.
“Estamos trabajando con la Fundación Fortalecer, en un amplio proceso de reestructuración para ingresar al mercado internacional”, revela Gustavo Seia, de Lácteos La Ángela (Las Mojarras).
Al grupo, denominado Consorcio Región Centro, lo completan Pyme de La Playosa, Pozo del Molle, Carrilobo, Calchín y Sacanta. “Hoy, el mercado en el que nos movemos nos deja un escaso margen, por eso apuntamos a generar productos diferenciados”, completa María Elena Prataviera, de La Colonial, ubicada en Carrilobo.
El programa que apoya el Inta apunta a incrementar la calidad en toda la cadena, encuadrar a las Pyme en las normas bromatológicas vigentes, profundizar la organización empresarial del sector y promover el reconocimiento de la cuenca villamariense, con la proyección de generar la denominación de origen.
Nuevo horizonte
“Estamos trabajando con 30 Pymes que se capacitan en buenas prácticas de tambo, buenas prácticas de manufactura, gerenciamiento de la empresa familiar y gestión total de la calidad”, señala, a su vez, Ana Ferreiro, del Inta Villa María.
La Voz del Interior
Semanas atrás, Seia y Prataviera participaron de la misión de empresas que visitó la feria alimentaria Cibus, en Parma (Italia), con el apoyo de la Agencia Pro Córdoba y de la Fundación de Empresas Eurocentro Córdoba.
“Fue una experiencia excelente. En Europa ya casi no hay capacidad para seguir ampliando la producción, y eso plantea un gran panorama para nosotros. Los viajes y la capacitación abren la mente y generan un nuevo horizonte”, aseguró Seia, que trabaja un tambo de 2.400 litros diarios, con 120 vacas en ordeñe. La empresa que comanda produce quesos Sbrinz, Sardo, Holanda, Tybo y Cuartirolo.
El grupo también trabaja con la Universidad Nacional de Villa María para la transferencia de tecnología. “En Europa, los grupos asociativos cumplen un papel preponderante”, indicó Prataviera, que hoy fabrica quesos duros (Romanito, Sardo y Pepato con pimienta), pero pretende avanzar hacia las especialidades para el apetecible mercado gourmet.
En las pequeñas empresas lácteas, el impacto de la crisis ganadera se tradujo, en especial, en la brusca caída del precio de las vacas para descarte. “Es más, días atrás ni siquiera pudimos vender a una”, reconoce Prataviera.