Para mejorar en forma sostenida la capacidad exportadora es necesario diversificar las ventas externas, tanto en materia de productos ofrecidos como de empresas que participan en el negocio y para esto último es fundamental apoyar el desarrollo exportador de las empresas de menor tamaño. Tradicionalmente, las exportaciones de productos manufacturados de la Argentina estuvieron muy concentradas en las ventas de grandes empresas, mientras que la presencia de las pymes era muy débil.
Las facilidades aduaneras del Mercosur y el dinamismo de la demanda brasileña en varios tramos de los años noventa abrieron nuevos horizontes a muchas empresas chicas, que hicieron sus primeras experiencias, en un mercado accesible por la cercanía geográfica y la similitud de costumbres. Aún así, la participación de las pymes en las exportaciones totales siguió siendo reducida.
Este año se presentaron dos elementos nuevos. Por una parte, la devaluación creó nuevas oportunidades en lo que respecta a la rentabilidad de las ventas externas, aunque la devaluación del real contrarrestó este efecto en lo que corresponde al mercado brasileño. Por otra parte, la abrupta reducción de las ventas internas empujó a muchas firmas a buscar una salida para sus productos en el exterior como única alternativa de sobrevivencia.
Sin embargo, para exportar, además de un tipo de cambio favorable, una empresa necesita disponer de instrumentos como financiamiento adecuado para realizar las compras e inversiones indispensables y capacidad para explorar los posibles mercados de destino.
En la actualidad el financiamiento se encuentra muy restringido, especialmente para las empresas de menor tamaño, aunque están apareciendo líneas de créditos bancarias para exportadores y nuevos instrumentos, como los fideicomisos también destinados a financiar firmas exportadoras.
En lo concerniente a la exploración de mercados, las empresas chicas se enfrentan con un problema de costos excesivos. Para contrarrestar esta dificultad es necesario el servicio de las representaciones diplomáticas y políticas de apoyo a las asociaciones empresarias, como la Red Exportar impulsada por el Gobierno de la Ciudad.
En la medida que las empresas menores cuenten con recursos de ese tipo, podrán aprovechar las oportunidades exportadoras creadas por la devaluación y encontrar una nueva vía de expansión para sus negocios.