El tema será debatido en Feriagro 2006; del 8 al 11 de marzo, en Armstrong y Tortugas. La industria nacional de maquinaria agrícola, luego de la devaluación ahora enfrenta dos grandes desafíos: incrementar rápidamente sus exportaciones y equilibrar la cancha con las grandes multinacionales que operan desde Brasil y que hoy se quedan con el 60% del dinero que gastan los chacareros en la compra de equipos. No son pocos los actores económicos involucrados en este proceso. Según un informe elaborado por Modemaq (Movimiento de Defensa de la Maquinaria Agrícola), el cluster de fabricantes de máquinas agrícolas y agropartes está integrado por 655 empresas que emplean a unas 60.000 personas, y que concentran su actividad básicamente en las provincias de Santa Fe (47%), Córdoba (24%) y Buenos Aires (20%).
En una mirada más profunda, la actividad resulta clave para una gran cantidad de localidades de la pampa gringa. Los mejores ejemplos son Armstrong y Las Parejas, que tienen 20% de la capacidad instalada del sector. Justamente allí, en medio de la "cuna" de la maquinaria agrícola, se realizará esta semana —entre el miércoles 8 y el sábado 11, en el kilómetro 407 de la ruta nacional 9— una nueva edición de Feriagro, la muestra agropecuaria a cielo abierto más grande del país.
Y este sector agroindustrial será un protagonista casi excluyente, con sus potencialidades y desafíos.
De las potencialidades hay poco para decir. La actividad mostró su vigor cuando, tras la salida de la convertibilidad y en pleno boom de la soja, se disparó la demanda de maquinaria agrícola. Entre 2002 y 2004, los fabricantes locales lograron cubrir la mayor parte de los pedidos de los productores, que saltaron en ese breve lapso de 9.400 equipos anuales a más de 25.000. En este contexto, en muchas de esas localidades la desocupación llegó a ser del 0%. Feriagro concentrará toda esa abundante oferta tecnológica.
Pero a partir de 2005 se registró una desaceleración de la demanda, al tiempo que los grandes jugadores mundiales del negocio comenzaron a recuperar terreno (en especial en tractores y cosechadoras, ya que en sembradoras e implementos la oferta es casi por completo nacional). Así, según los datos recogidos por Modemaq, actualmente cerca del 55% del mercado está en manos de firmas argentinas. Pero en dinero contante y sonante, debido a que los equipos importados son más caros, esa participación baja al 40% de una torta de 2.000 millones de pesos anuales.
"Las multinacionales radicadas en Brasil se quedaron con el 60% del dinero gastado en máquinas agrícolas en Argentina", advirtió un informe de esa entidad, que trabaja en función de dos objetivos: que la Argentina deje de ser un país importador de maquinaria y que, además, pueda llegar a exportar 20% de su producción.
Para el primer caso, el Modemaq está elaborando una serie de informes técnicos que demuestren los "perjuicios" que les provocan las asimetrías existentes con Brasil. Los fabricantes locales se quejan porque sus pares brasileños venden aquí con gran facilidad, pero a ellos se les hace cuesta arriba exportar hacia allá. "Lo que pedimos es una relación equitativa", dijo el presidente del Centro Industrial de Las Parejas, Carlos Capisano.
El otro gran desafío del sector pasa por incrementar sus exportaciones. Hasta ahora, las ventas al exterior han sido modestas, de poco más de 10 millones de dólares anuales. Pero esa situación podría cambiar a partir de este año, con la concreción de un acuerdo entre la Argentina y Venezuela para proveer a ese país de maquinaria agrícola durante el próximo lustro.
Una primera etapa de ese convenio está por concretarse. Según Jorge Médica, de CAFMA (Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola), este año se venderían equipos por 113 millones de dólares, equivalentes al 25% de la facturación total del sector.
De todos modos, la intención de los fabricantes es diversificar mercados. Feriagro, en este aspecto, también será una cita crucial, ya que a la megamuestra de Armostrong asistirán potenciales clientes de España, Estados Unidos, México y Rusia, entre varios otros países. Clarín