Organicos con demanda internacional sostenida
La mayor parte, un 90% de los vinos producidos con uvas orgánicas, se destina a la exportación. Las frutas con destino al mundo son peras y manzanas, que alcanzan porcentajes cercanos al 50% del total de frutas producido bajo sistemas orgánicos. Con un clima seco y un sistema de riego que no propicia la proliferación de enfermedades fúngicas, Mendoza posee todas las características ideales para desarrollar los cultivos orgánicos. Vinos, frutas frescas productos industrializados como vinagre y jugo de manzana son parte de la oferta productiva de nuestra provincia.
De acuerdo a un estudio del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) el producto estrella orgánico lo constituye la vid.
El principal rubro exportado es el vino, sobre todo el proveniente de las variedades tintas y rosadas finas y -en segundo lugar- las blancas finas.
Otro fruto con buena estrella en los mercados internacionales es la ciruela que alcanza más de un 80%para exportación.
Según el IDR, en hortalizas frescas se destacan por los volúmenes exportados, las cebollas y los ajos blancos.
“El ajo, en los tres tipos comerciales, se exporta entre el 70% y 85% de los volúmenes producidos. El resto va al mercado mayorista y minorista.
La cebolla aparece posicionada dentro de la exportación de hortalizas; el 56% se destina al mercado externo y el resto a mercado mayoristas y minoristas en los mercados de concentración y en el mercado cooperativo provincial”, señaló Marcos Persia, del IDR.
Luces y sombras
El 2000 fue el año del boom orgánico a nivel regional. Fue la época en la que muchos productores mendocinos comenzaron a apostar por este tipo de cultivos.
Pero no todo fueron rosas.
Uno de los problemas que surgió en pleno estallido productivo fue que este crecimiento no fue acompañado por una estrategia planificada.
“Los productores no realizaron inversiones en tecnología, ni tampoco en los galpones de empaque. Al igual que muchos otros sectores, son algo reacios a la asociatividad, les cuesta trabajar en equipo y esto ocasiona que la oferta productiva de Mendoza siga siendo escasa frente al real volumen de producción que se podría lograr”, indicó Noris Rivarola, de Pro - Mendoza.
Por otra parte, para Sergio Soria de la Organización Internacional Agrícola (OIA) las debilidades del sector obedecen también a otras causas: “hay una falta de articulación y fallas en la comunicación de deseos y necesidades entre productores, comercializadores y exportadores.
“Debería trabajarse más en conformar canales de intercambio de información más transparentes y fluidos, que permitan conectar mejor la oferta y la demanda de estos productos. Desde la certificadora, y ahora que contamos con una oficina en la ciudad de Mendoza, tratamos de suplir esta debilidad conectando ambas puntas de la cadena, sin ningún tipo de participación en la cuestión comercial, simplemente entendiendo que es un bien para todos”, dijo Soria.
La falta de un recurso humano calificado que pueda chequear cada fase comercial de los cultivos es otra de las falencias a considerar.
“Existe una insuficiente presencia de profesionales y asesoramiento técnico - comercial. Si bien existen algunos técnicos calificados, falta aún la presencia de un asesor integral que conozca a fondo la norma y sepa manejar los cultivos sin dejar de atender ningún aspecto importante de la producción como sanidad, rendimiento, calidad final del producto y canales de comercialización”, concluyó Soria.
No son los únicos casos
En el Valle de Uco, la empresa Argen Bio, exporta su producción orgánica a Europa y Estados Unidos.
“Hace 10 años que comercializamos y vendemos ajo, cebollas, espárragos, manzanas y semillas de cebolla. En Tucumán y Salta estamos en sociedad con un ingenio llamado San Isidro. Ellos se encargan de la producción de azúcar orgánica y nosotros del área comercial”, señaló Gabriel Miralles, de Argen- Bio.
Hoy la empresa logra exportar anualmente entre 15 y 20 contenedores de ajo, 30 contenedores de cebolla, 6 de zapallo y 500 contenedores de azúcar orgánica.
¿Pero cuáles son los planes de la empresa para el 2006?
“Por lo pronto queremos concentrarnos en aumentar la producción de manzana e incursionar en el mercado del vino orgánico. Y con respecto al resto de nuestra producción seguiremos consolidándonos en los mercados en los cuales tenemos presencia comercial”, señaló Miralles.
El día después
Hay una realidad: la demanda de los productos orgánicos crece y es variada por el mundo.
“Estados Unidos constituye un mercado muy atractivo pero también es sumamente competitivo. Para tener éxito comercial los empresarios deben ser creativos”, senaló Rivarola.
“Últimamente ha crecido mucho la demanda de frutas, tanto para industria, jugos concentrados, pulpas y purés para su comercialización en fresco. Sin embargo, les es aún dificultoso conseguir a los procesadores y exportadores, productores con mentalidad empresaria y dispuestos a establecer alianzas comerciales a largo plazo. Las producciones de cebolla, ajo y zapallo, este último para fresco como para industria, han tenido y tendrán una importante demanda.
El mercado del vino orgánico es un poco distinto, ya que en este caso es la calidad intrínseca del vino lo que se privilegia ante todo, la condición de orgánico otorga un valor adicional y permite diferenciar el producto en un mercado cada vez mas competitivo entre marcas y entre países.
Las grandes cadenas internacionales y empresas del mundo orgánico están cada vez más cerca y observan con mayor atención la producción orgánica de Mendoza y de Argentina en general. Tengo la convicción de que la demanda no es aún más alta porque la oferta está restringida, de haber más productores y mayor volumen de producción o una mejor articulación y asociativismo entre los emprendedores podrían aparecer muchas más ofertas, dado que la calidad del producto mendocino es en general muy buena y apreciada. En general la demanda es creciente para todos los productos de Mendoza”, concluyó Soria.
Por Jaquelina Jimena
Diario Los Andes