Es la fecha prevista para el regreso de los rabinos que intervendrán en el ritual de la faena kosher. Los establecimientos cordobeses perderán más de u$s 5 millones por el cierre del mercado. La noticia de que Israel, el octavo mercado de exportación para la carne argentina, decidió permitir el ingreso de carne argentina, luego de la suspensión impuesta la semana anterior tras la reaparición de un foco de fiebre aftosa, trajo alivio a los frigoríficos exportadores de Córdoba. Sin embargo, la buena noticia tiene su lado oscuro. La suspensión de la faena que se destinaba a Israel por la sospecha de aftosa generó el desmantelamiento de las estructuras para tal fin en los frigoríficos locales. La readecuación al nuevo escenario incluyó que el equipo de rabinos que interviene en el ritual de la faena kosher, que se destina a Israel, dejara la provincia frente a la incertidumbre de la nueva situación. Por ese motivo, si bien Israel anunció formalmente la reapertura del mercado a los productos argentinos, los establecimientos deberán aguardar a que el Gran Rabinato designe nuevamente el equipo de rabinos que actuarán en el procedimiento en los distintos frigoríficos cordobeses. Según estimaciones del sector, el trámite podría demorase entre 30 y 90 días, con lo cual habrá que esperar al menos hasta abril para retomar la faena suspendida.

La demora ocasionada implica pérdidas por más de cinco millones de dólares para los frigoríficos locales que exportan a Israel.

En el caso específico de Estancias del Sur, uno de los establecimientos exportadores más importantes de la provincia, el perjuicio económico ronda los cuatro millones de dólares, ya que Israel representa casi el 15 por ciento de sus ventas al exterior.

Al igual de lo que sucede a nivel nacional, para el frigorífico de Unquillo, Israel y Chile son los compradores no Hilton más importantes. En 2005, las ventas de carne fresca argentina a Chile e Israel sumaron 82.122 toneladas por un total de 195 millones de dólares.

Además, exportar carne bajo la norma kosher implica una serie de exigencias que obliga a las plantas a adecuarse a este requisito sanitario. Por caso, Estancias del Sur debió sumar la construcción de un saladero para producir cortes y menudencias Kosher salados, de mayor valor agregado, con destino a Israel y también Estados Unidos, otro de los mercados más demandantes de este tipo de productos. La reestructuración total de la planta ubicada sobre la ruta que conduce a Río Ceballos demandó una inversión de 50 millones de dólares.
La Mañana de Córdoba