La actividad tuvo un crecimiento sostenido. La exportación de carne de aves jugó un rol central. El desafío para 2006 es mantener el ritmo, para lo cual será necesario construir galpones para aumentar la capacidad de alojamiento. El tipo de cambio y los precios de los granos también serán clave. Otro tema central consistirá en mantener el muy buen estándar sanitario que poseen la provincia de Entre Rios y el país. Consolidar el crecimiento logrado a lo largo de este año es el desafío central de la avicultura entrerriana de cara a 2006. Claro que para alcanzar ese objetivo se deberán tomar algunas medidas que consoliden el trabajo que realiza toda la cadena avícola en la provincia y que ha constituido a la actividad en la principal economía regional de Entre Ríos.
Raúl Marsó, presidente de Las Camelias (San José), y Héctor Motta, titular del Grupo Motta (Crespo), dos de los principales referentes de la industria avícola de la provincia, consultados por El Diario Rural, hicieron un balance del año y hablaron de las perspectivas futuras.
“La avicultura entrerriana ha crecido por encima del 15 % durante el presente año”, sostuvo Marsó, lo que sirvió para “mantener abastecido el consumo interno y destinar una parte importante de la producción a la exportación”.
El principal desafío para el año próximo, destacó, es “consolidar este nivel de crecimiento”. “Para ello -remarcó Marsó- necesitamos construir galpones para aumentar la capacidad de alojamiento. La construcción de granjas es la barrera a vencer porque se está trabajando al máximo de capacidad instalada”.
Sanidad. En materia sanitaria, “ha sido un buen año”, evaluó Marsó. “El trabajo realizado por los médicos veterinarios asociados a Amevea, el INTA, la Secretaría de Producción de Entre Ríos y el Senasa ha sido muy activo y posibilitó resguardar el estatus sanitario. Muy pocos lugares en el mundo pueden gozar de estar libres de la enfermedad de Newcastle y de influenza aviar, y esto es muy importante mantener”, subrayó.
Tipo de cambio, precio de cereales e inversión en capacidad de alojamiento, agregó el empresario, también serán “las claves para mantener este ritmo de crecimiento y sacar provecho de una coyuntura internacional que promete rentabilidad”.
Exportaciones. Motta, por su parte, señaló que 2005 “fue de un crecimiento exponencial para la avicultura en general. Especialmente en el rubro carne de aves, en el que las exportaciones jugaron un rol fundamental”.
Para Grupo Motta, además, 2005 “ha sido un año de inversiones muy caras al desenvolvimiento de la empresa. Hubo que crecer en capacidad de alojamiento de reproductores, en capacidad de incubación, en capacidad de almacenamiento, en depósitos de frío, y hubo que afrontar la inversión de una planta muy importante como es Asado”, señaló el empresario crespense.
Todas estas inversiones “fueron realizadas con tirantez en lo económico-financiero, ya que los créditos a tasas internacionales existentes son únicamente las prefinanciaciones. Éstas son un elemento importante para las exportaciones, pero no para las inversiones, lo que implica que se necesitan créditos a baja tasa de interés para las inversiones realizadas y a realizarse a mediano y largo plazo; y créditos ligados al desenvolvimiento comercial, es decir, inversión en materias primas, stock de productos y financiamiento de ventas”, se explayó.
Objetivo futuro. Motta, asimismo, consideró que 2005 también fue “un año de vicisitudes económicas y financieras, y por qué no de angustia, con un gran objetivo que es seguir creciendo con destino al abastecimiento del mercado interno y la exportación. En síntesis, Grupo Motta creció en más de cien nuevos puestos de trabajo”.
Las expectativas para 2006 son “contar con una política económica que siga orientada al sostenimiento de un cambio favorable para las exportaciones, a un premio a los que han hecho inversiones orientadas en ese sentido, y a un control de la inflación en lo doméstico”, señaló Motta, al tiempo que expresó su deseo de que sea “un año de realizaciones, de ingenio gubernamental y de estímulo para los empresarios argentinos, que necesitan de una vez y para siempre ser reconocidos como artífices parciales del quehacer argentino”.
El Diario