Frecuentemente surge la pregunta de cómo aumentar las exportaciones argentinas. La repuesta a eso podría hacer que nuestro país crezca a un ritmo vertiginoso durante un largo período. ¿No es muy importante como para dejar que el destino o el mercado las responda? Argentina parece un país demasiado preocupado por disputas electorales, como para analizar temas carentes de “urgencia”.
Los países que dejaron de ser pobres en el siglo 20 lo hicieron a través de una agresiva estrategia exportadora. Argentina aún duerme soñando con los libros que decían que era el granero del mundo. Un mundo que la empuja cada vez más a ser un actor de reparto. Mientras exportábamos dos veces más que México en 1950, hoy sólo vendemos el 20 por ciento de lo que exporta este país, igual que el porcentaje que vendemos de lo que exporta España, a quien antes cuadriplicábamos. Respecto a Italia, teníamos similares cifras hace 50 años en cuanto a exportaciones, pero hoy representamos el 10 por ciento de las ventas italianas al mundo.
Si nos compramos con Brasil, sucede algo similar. O sea, es claro que Argentina debe duplicar sus exportaciones en un plazo de cuatro años. Y debe diversificarlas hacia productos de mayor valor agregado. Seguimos con la dupla granos y carne, que nos ayudó a salir de las crisis, pero no nos permitirá ser una potencia.
¿Alguien está buscando las respuestas? Es peligroso pensar que nadie lo esté haciendo. El pensamiento estratégico a nivel país nunca fue nuestro fuerte. Del pacto Roca-Runciman somos un muestrario de error tras error. Unos apostaron a Inglaterra como mercado estrella, cuando a decir verdad era una estrella que se apagaba y los Estados Unidos era el mercado a potenciar.
Le abrimos las puertas a miles de inmigrantes, pero no supimos generar una corriente comercial que nos una a Italia. Es uno de los países más ricos de la tierra, sentimos una fuerte relación con ellos, pero le vendemos poco y nada, y encima nos establecen altos impuestos para ingresar mercadería con valor agregado.
Hoy el mundo es un mercado global donde más vende el que combine acertadamente precio, producto, distribución (plaza) y promoción. El líder mundial en precios será China o algún otro país asiático. Buscar ser el más barato en algún rubro será casi imposible en un escenario como el actual. Entonces debemos analizar las demás alternativas.
Por Gustavo Scarpetta
Diario La Voz del Interior