En 48 hectáreas, Las Marías Agroalimentos produce 600 mil kilos anuales. Atiende el mercado local y alistan su primera exportación hacia Francia. En la Argentina, el espárrago tuvo su propio boom que se detonó en el 85 (sólo en 5 años se pasó de la nada a una superficie sembrada de 3.000 hectáreas). Luego, en el 90, el crecimiento del cultivo se estabilizó y, a partir del 92, comenzó la declinación de las esparragueras principalmente por cuestiones cambiarias y costos en dólares que impedían competir con otros países productores como Chile y Perú.
Pero, pese a todo, el espárrago sigue en carrera: la actividad viene creciendo, quizás a un ritmo más lento pero más realista, especialmente con algunos desarrollos enfocados no sólo para abastecer el mercado interno sino para exportar a Francia.
En San Juan, una zona esparraguera fuerte, uno de los emprendimientos que viene apostando a la producción y comercialización de esta hortaliza es Finca Las Marías Agroalimentos, con un cultivo de 48 hectáreas (de donde salen 600.000 kilos de espárragos anuales) y una planta de empaque en El Medanito, Rawson. Las ventas las maneja desde el Mercado de Abasto de Córdoba.
"Este emprendimiento comienza a funcionar hace cinco años. Empezamos sólo comercializando el producto y, al darnos cuenta de su nobleza, decidimos incursionar en la producción comprando tierras y desarrollando un emprendimiento integral para producirlo. En el 2004 alcanzamos ventas que rondaron los 528.000 paquetes de espárragos, comercializándolos desde Córdoba hacia todo el interior del país", comentó José Raúl González, socio gerente de la firma, secretario de la Cámara Frutihortícola de Córdoba y vicepresidente primero de la Federación Nacional de Productores y Operadores de Mercados Frutihortícolas de la República Argentina (Fenaofra).
Para lo que queda del 2005 tienen previsto aumentar un 20% la capacidad de producción y venta para poder incursionar con espárrago en fresco en Capital Federal, designando distribuidores en la zona.
"Uno de las principales motivos por los cuales decidimos desarrollar la siembra de espárragos fue por las bondades del producto. Es una hortaliza que se desarrolla bajo tierra y una vez cultivada (teniendo en cuenta los cuidados respectivos, el riego, el movimiento de tierra y los abonos orgánicos) puede durar entre 7 u 8 años la misma planta. Al crecer bajo tierra carece de problemas como heladas y granizos y, además, está preparada para soportar sequías prolongadas. Eso sí, el cultivo requiere de un suelo propicio para que pueda desarrollarse el rizoma, terreno aireado y drenado (arenoso)", contó González.
"El espárrago lo cosechamos normalmente entre agosto y noviembre y la producción ronda de los 6.000 a 8.000 kilos por hectárea, dependiendo de la antigüedad de la siembra y la cantidad de abono orgánico que se le haya colocado. Particularmente en nuestro desarrollo hemos logrado más de un 50% de nuestra producción orgánica, conservando e incluso superando los estándares de calidad definidos", destacó.
Según comentó González, el mayor inconveniente que presenta la actividad es la mano de obra, dado que la cosecha en su totalidad se realiza en forma manual y no existen medios mecánicos hasta el momento. En cuanto a la tecnología que implementan, destacó que en la finca "se aplica una vez hecha la recolección, cuando el espárrago es lavado, hidratado y se hidroenfria. La producción luego se acopia en cámaras para ser distribuida. Todo este proceso es mecanizado y contamos con lavadoras hidroenfriadoras y cámaras de frío propias".
Por otro lado, enfatizó que el espárrago es un negocio rentable, contando con tierras propias. Los gastos de cultivo se amortizan en unos dos años, teniendo en cuenta su venta sólo en el mercado interno. La exportación es otra meta deseable.
"Prepararse para exportar implica un gran desafío, asumiendo importantes cambios y adaptándose a nuevos sistemas como el Sicofhor (Sistema de control frutihortícola) una buena herramienta para empezar en este proyecto, que nos lleva a desarrollar BPA (Buenas Prácticas Agrícolas) y BPM (Buenas Prácticas de Manufactura). La incorporación de estas herramientas no es un proceso difícil, pero es parte del desarrollo de la concientización de la gente que trabaja con nosotros, que cada día tiene el desafío de generar un mejor producto y mantener su trazabilidad", afirmó González.
En cuanto a los precios, en el mercado interno son muy variados. Al principio y al final de la producción son más elevados alcanzando los 3 o 4 pesos el paquete de 1 kilo. En plena producción puede rondar los 0.80 a 1 peso al consumidor. Los que son realmente tentadores son los valores de exportación: rondan los 4 o 4,50 euros por kilo. "Pero tenemos que tener en cuenta que sólo el 20 o 25% de una buena producción es exportable, y además asumir los costos de packaging, embalaje y fletes aéreos hacia Europa que prácticamente se llevan el 80% del precio", indicó. "Aun así es rentable y factible de lograr", dijo.
El primer embarque for export lo harán en setiembre, rumbo a Francia. En cuanto al futuro, tienen en carpeta envasar espárragos al natural y elaborar pasta de espárragos, diversificando así sus líneas de producción, para tentar a los galos y también a otros mercados top, inclusive el gourmet nacional.
Por Liliana Cobelo
Diario Clarín