Las exportaciones de carnes frescas de conejo, durante el primer semestre de 2005, sumó 1.294 toneladas por un valor de 6.252.000 dólares, mostrando un incremento del 118 por ciento en volumen y del 103 por ciento en divisas respecto a los envíos del mismo período de 2004, que alcanzaron 592 toneladas por 3.071.000 dólares, según registros del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
El principal destino del producto fue Holanda con envíos por 584 toneladas y un valor de 2.754.000 dólares.
El SENASA también registró exportaciones a Francia 383 toneladas y 1.956.000 dólares; Bélgica 143 toneladas y 675.000 dólares; Alemania 118 toneladas y 589.000 dólares y España 46 toneladas por 191.000 dólares, entre otros mercados.
Para este tipo de producto, la faena se elabora bajo exigencias de muy alta seguridad, dado que no debe conllevar ningún riesgo sanitario y contar con una calidad microbiológica óptima.
Los cortes se envasan individualmente en envases primarios de polietileno y el conjunto en unidades de cartón, identificadas con el logo del SENASA y de la Unión Europea. Estos requisitos se enmarcan en la norma Comunitaria 91/495/CEE, que estipulan los países importadores del bloque para estas carnes.
Las plantas frigoríficas que se habilitan para carnes de conejo doméstico procesada, aplican un estricto control de Buenas Prácticas de Manufacturas (BPM) que son exigidas por el SENASA.
Luego de más de 7 años sin registrarse exportaciones de carnes frescas de conejo desde la Argentina, en 2002 se reiniciaron los envíos hacia la Unión Europea sumando 124 toneladas por un total de 491.000 dólares. En 2003, las exportaciones alcanzaron las 378 toneladas por 1.664.000 dólares y el año pasado sumaron 1.387 toneladas por un valor de 7.182.000 dólares.