El Mercosur y la Unión Europea (UE) podrían alcanzar un acuerdo de libre comercio antes de fin de año. Así se lo hizo saber a BBC Mundo, Karl Falkenberg, el Director de Negociaciones Comerciales de la UE con América Latina. Este moderado optimismo contrasta con el fracaso de ambos bloques para llegar a un acuerdo en la fecha fijada en 1999 al inicio de las conversaciones: octubre de 2004. Falkenberg señaló que en cinco años se lograron importantes avances que despejan el camino para un acuerdo con el Mercosur antes de la ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial que se celebra en diciembre.
El funcionario participó de un seminario en Londres sobre la UE y Mercosur.
La Unión Europea está atravesando una crisis después que Francia y Holanda rechazaran la Constitución y que el Consejo Europeo no se pusiera de acuerdo sobre el presupuesto para una Europa de 25 miembros ¿Cómo afecta esta crisis las negociaciones con el Mercosur?
No creo que tenga ningún impacto. La Unión Europea decidió congelar el proceso de ratificación de la Constitución, pero esto no afecta la existencia de la frontera única o el mercado común.
Lo mismo pasa con la falta de acuerdo sobre el presupuesto 2007- 2013. Las instituciones de la UE siguen funcionando con normalidad, independientemente de los problemas coyunturales que aparezcan en el camino.
Pero es indudable que tanto la UE como el Mercosur están atravesando momentos difíciles. En el caso del bloque sudamericano, Brasil y Argentina no logran resolver sus diferencias. Todo esto debe tener un impacto en la posibilidad de negociar un acuerdo.
El Mercosur tiene en estos momentos dificultades para seguir avanzando hacia un mercado totalmente integrado. Hemos visto que se han erigido nuevas barreras para el mercado en el interior del mismo Mercosur.
La crisis en Argentina ha llevado al país a reconsiderar algunas de las propuestas hechas en las negociaciones con la UE.
Al mismo tiempo es alentador que el Mercosur esté creando un fondo solidario de cohesión para las zonas más pobres en medio de la complicada situación que atraviesan Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Pero hay problemas institucionales del Mercosur que sería importante resolver.
Una de las dificultades de la negociación es que cuando un producto del Mercosur entra por una frontera europea tiene acceso irrestricto a los 25 países de la UE, pero no pasa lo mismo con los productos europeos que van al Mercosur que tienen que pagar derechos aduaneros en cada uno de los países.
¿Usted cree que Mercosur habla con una sola voz en las negociaciones?
Mercosur se esfuerza mucho por hablar con una sola voz, la del presidente pro temporario. En la mesa de negociaciones son disciplinados y coordinados. El problema es que no tienen un marco institucional para las negociaciones.
Cuando aparece una nueva propuesta, el Mercosur necesita volver a analizarla con sus miembros. Esto obliga a buscar una nueva fecha hasta que los cuatro miembros se pongan de acuerdo sobre qué respuesta dar a esta nueva propuesta.
Esta rigidez demora todo el proceso negociador. Esto es diferente con un país que puede tomar decisiones sobre la marcha que allanan el camino para llegar a un rápido acuerdo.
Del lado del Mercosur - y en esto sí que han hablado con una sola voz - el principal obstáculo es la Política Agrícola Común europea y su sistema de subsidios. La UE tiene que aprobar un nuevo presupuesto del 2007 al 2013 y no parece que vaya haber cambios a la PAC. ¿Esto dificulta mucho la capacidad de llegar a un acuerdo?
En 2002 hubo un acuerdo que cambió drásticamente las reglas de juego de la Política Agrícola Común. Decidimos eliminar los subsidios a la producción agrícola.
Estos subsidios premiaban la producción: cuanto más se produjera más se cobraba en subsidios. Este es un cambio fundamental. Pero no significa que desaparecerá la agricultura europea. Si esta es la expectativa del Mercosur, habrá una frustración muy importante. Eso no va a suceder. Habrá agricultura europea, pero será menor y más eficiente.
Muchos creen que hay que esperar a lo que ocurra en diciembre en la ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial para reabrir las negociaciones.
Veremos lo que pasa. Es posible que si hay acuerdo en la ronda de Doha, las cosas se compliquen porque será difícil convencer a los sectores europeos a ceder más en una negociación posterior con el Mercosur.
Por supuesto esto es especulación, pero es posible prever mayores obstáculos. En principio estamos programando una reunión de ministros en septiembre con el Mercosur. Creo que todavía es posible que lleguemos a un acuerdo antes de las negociaciones de la ronda de Doha.
Pero la UE y el Mercosur vienen negociando desde 1999. ¿Usted cree que en seis meses pueden acordar lo que no consiguieron en más de cinco años de negociaciones?
Un acuerdo de este tipo no se hace del día a la noche. Trabajamos más de cinco años y hemos progresado mucho en este tiempo. Si logramos llegar a un acuerdo será porque existe todo este trabajo previo que despejó el camino.
Lo que tenemos que hacer es analizar lo que hemos conseguido y ver cómo podemos redondear los puntos que quedan por resolver. Yo creo que es posible concluir la negociación y llegar a un acuerdo con bastante rapidez.
Fuente BBC Mundo