Asiste a empresas exportadoras en el acceso a nuevos desarrollos que mejoren su competitividad. El sector exportador cuenta con una nueva ruta para acortar distancias y ahorrar tiempo. El Gobierno lanzó en estos días la Red Tecnológica Argentina (RTA). La iniciativa llega en un momento de no poca trascendencia para el sector. Las exportaciones argentinas comienzan a cobrar más peso en los mercados internacionales: después de 2004, que aportó un crecimiento del 17% en valores, aumentan lentamente también las cantidades enviadas al exterior. Sin embargo, la falta de una infraestructura tecnológica adecuada y flexible estaría frenando ese crecimiento. Así lo revela un estudio de la Fundación Mediterránea Iieral. El análisis indica que la economía argentina se pierde hoy un volumen de ventas por 1645 millones de dólares, valor que representa al 4,5% de las exportaciones totales, por no contar en materia de equipos y recursos tecnológicos con la infraestructura necesaria.
El problema es que un gran número de exportadores argentinos no tienen disponible la cantidad de equipos para poder cumplir con los estándares internacionales. La falta de ellos, por ejemplo para ensayos y de medición, homologaciones o certificaciones, provoca inconvenientes a las empresas que se traducen tanto en costos para acceder al reducido volumen de equipos disponible, así como en pérdidas por no poder cumplir con los tiempos que exije el mercado extranjero. “La falta de infraestructura representa hoy una brecha que, según las empresas consultadas, hace necesario un rol más activo del Estado para facilitar el acceso a estos equipos”, indicó Inés Butler, de IERAL.
A ello se le suma que el número de notificaciones de requerimientos técnicos para exportar –especialmente a los mercados de más poder adquisitivo como la Unión Europea o EE.UU.– aumenta a paso veloz. En 1990 había registradas 1200 notificaciones ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Hoy la cifra ronda las 5000.
El problema afecta especialmente a las pymes. El estudio revela que, a raíz de la falta de infraestructura, las pequeñas y medianas empresas se tienen que contentar con llevar sus productos a mercados de menores ingresos. El 42,2% de las exportaciones de las pymes se vende así en los países de la región (Mercosur y Chile). Las grandes empresas, en cambio, sólo exportan un 29,9% al mismo destino.
El resto se dirige hacia los mercados de mayor poder adquisitivo y estabilidad. “El hueco que deja el Estado hace que las pymes esten desamparadas”, indica Inés Butler de Ieral. Según los datos relevados, las empresas ahorrarían hasta 1200 millones de dólares en tres años si el Estado lograra cerrar la brecha tecnológica.
Fuente Diario La Nación