Cría guanacos para esquilarlos y producir prendas con diseños tehuelches, asiste a ferias internacionales y prevé exportar. Un nuevo producto autóctono se incorporó este verano a la amplia oferta de El Calafate. Se trata de prendas de abrigos con diseños tehuelches realizados con lana de guanaco, la segunda en el mundo por su calidad entre las lanas finas. La etiqueta de la marca GuenGuel esconde una larga historia de familias pioneras santacruceñas.
El proyecto patagónico Guenguel, de la familia Mazquiarán, abrió este verano el primer local comercial con la intención que el producto se conozca entre el turismo más sofisticado e internacional que llega cada año a conocer los glaciares.
Los Mazquiarán fueron durante el siglo pasado protagonistas de la consolidación de la producción ovina, sobre finales del siglo encararon un proyecto novedoso: producir en forma racional fibra de guanaco a través del manejo sustentable de la especie autóctona considera la segunda fibra preciosa del mundo después de la vicuña. "Al hablar de manejos sustentables, nos referimos a sistemas de cría extensivos, en el marco del cual anualmente se procede a la esquila en vivo de los animales del criadero", explicó el ingeniero Rubén Contreras.
Regulación deficiente
Históricamente llegó al mercado internacional fibra de guanaco de muy baja calidad, ya que procedía de animales esquilados una vez muertos. "La fibra se obtenía de un modo no sustentable, por medio de actividades depredatorias y en un marco de regulación deficiente de la caza", explicó Contreras, uno de los responsables técnicos del proyecto GuenGuel.
La iniciativa surgió de la búsqueda de alternativas de diversificación por parte de la familia Mazquiarán, que desde el año 1920 se dedica a la actividad productiva tradicional de la región: cría de ovinos para lana.
Con esta experiencia, los Mazquiarán crearon Guenguel SRL, firma dedicada al manejo sustentable del guanaco. Las primeras experiencias relacionadas con el proyecto se realizaron en el Establecimiento Don José, en la chubutense Río Mayo, y posteriormente se incorporó al esquema el establecimiento El Picadero, que es un campo de unas 14.500 hectáreas ubicado en las cercanías de Las Heras, Santa Cruz.
Con la suma de otros campos el proyecto incluye unas 35.000 hectáreas destinadas para este fin. "GuenGuel ha logrado integrar toda la cadena de valor, desde la producción de lana en fibra hasta la prenda final", agregó Contreras.
Contacto directo
El profesional explicó que dentro del plan de negocios, el haber inaugurado el primer local de ventas en El Calafate "representa un objetivo estratégico, al poder extender los eslabones de la cadena, hasta la comercialización final del producto, lo que nos permite tener un contacto directo con los clientes, y recibir de ellos sus sensaciones y sugerencias".
Los productos de GuenGuel se encuadran dentro del segmento premium y además de la línea asociada al hilado mezcla -que incluye fibra de guanaco-merino extrafino-, disponen de otros productos, cuya particularidad es que son artículos 100% de pura lana. En la firma destacan que en el proceso se utiliza lana con certificación orgánica.
"El plan de marketing y posicionamiento abarca en forma complementaria acciones vinculadas al mercado externo e interno -explicó Contreras-. Se esta trabajando sobre un esquema de internacionalización de la empresa que implica el desarrollo de asociaciones estratégicas, permanentes sondeos e interacción con empresas del exterior y la participación en ferias internacionales."
Para el mercado interno, la apertura del local de El Calafate es solo el primer paso, dado que están analizando la factibilidad de presentarse en otras plazas vinculadas al turismo extranjero. Guenguel está en condiciones de producir cantidades crecientes y previsibles de fibras finas especiales de alta calidad, producidos en la Patagonia argentina.
La familia santacruceña espera mantener en el tiempo una oferta de productos de calidad, que seguirá destinando al segmento de consumidores premium.
Por Mariela Arias
Fuente Diario La Nación