Los cambios de reglas en la Argentina reanimaron el debate
sobre cuál debe ser la salida exportadora para el país a partir de las ventajas que
ofrece el tipo de cambio, y mientras algunos especialistas sostienen que debe
centrarse en los commodities, como sucedió históricamente, otros apuntan a impulsar
un proceso para venderle al mundo bienes y servicios, y reindustrializar así el
país. Más allá de la devaluación, el volumen total de exportaciones ha disminuido
en la Argentina durante 2002, pero desde la óptica oficial expresada por el
subsecretario de Comercio Internacional, Antonio Seward, esto no sería para
preocuparse.
"En la teoría económica, está comprobado
empíricamente que después de las devaluaciones, las exportaciones tienen un
comportamiento que se explica por la denominada curva J", indicó Seward, quien
precisó que "como la forma de la letra lo indica, inmediatamente después de la
devaluación el volumen de exportaciones tiende a disminuir, para después recuperarse
rápidamente e iniciar un fuerte proceso de crecimiento".
Seward
explicó, además, que la Argentina "no necesita posicionarse como exportador de
commodities, ya que claramente es uno de los principales productores y exportadores
de diversos commodities. Pero este perfil no es el más adecuado para una inserción en
el comercio internacional sostenida y beneficiosa".
El subsecretario
consideró que para que el "modelo de país exportador sea posible y permanente en el
tiempo, Argentina debe intentar posicionarse como proveedor de bienes y servicios que
impliquen mayor incorporación de valor agregado y mayor participación de las empresas
Pyme".
Para Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento
Estratégico y asesor del precandidato presidencial Carlos Menem, "se abre para la
Argentina una situación internacional de crecientes posibilidades, por lo que hay que
definir una estrategia de inserción internacional teniendo en cuenta que la demanda
mundial de alimentos es creciente".
Lo que está claro, según explicó
Castro, es que la Argentina "no puede competir bajando los salarios para reducir costos
laborales, porque otros países, como China, hicieron lo mismo con mucha mayor
capacidad de maniobra y ello los convierte en imbatibles". En cambio, consideró que la
Argentina debe apuntar a "bajar el costo de capital de modo de transformar al país en
base de inversiones", y por ello propuso "abrir más la economía y establecer una
moneda que sea la que el país utiliza, que es el dólar".
Estos dos
"modelos" de país serán puestos a prueba en el seminario "Argentina 2002: ¿Cómo
alcanzar la salida exportadora?", que la consultora internacional KPMG realizará el 5 de
diciembre próximo en esta capital, con la participación de especialistas y funcionarios.
Además del embajador Seward y Jorge Castro; también el director
asociado de KPMG Alberto Marcel será otro de los disertantes en este evento dirigido a
directivos y ejecutivos de empresas y entidades financieras.
La
presentación y cierre del ciclo estarán a cargo de Hernán Pflaum, socio vicepresidente
ejecutivo de KPMG, quien también trazará un balance de lo que significó el año 2002.
Por su parte, Marcel destacó la importancia de mantener las reglas de
juego porque "cuando lo que se exporta es un producto de origen agropecuario pero
industrializado, hay dificultades para poder llevar tranquilidad a los inversores de que
los productos van a estar adecuadamente protegidos por el derecho de propiedad".
"No hay cobertura en el mundo para una situación donde el Gobierno
decide romper las reglas de juego, ésta es la mayor dificultad", explicó Marcel.
Fuente: Diario
La Capital de Mar del Plata